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3/1ª grEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism ELIO SGRECCIAUniversità Cattolica del Sacro CuoreFacoltà di Medicina e ChirurgiaIstituto di BioeticaLargo Francesco Vito, 100168 Roma – Italia Fax: +39 063051149E-mail: ibiet@rm.unicatt.it En la primera parte del artículo se analiza la evolución histórico-filosófica del concepto de persona humana, desde la antigüedad hasta el pensamiento contemporáneo, enunciando las ideas más relevantes al respecto. En la segunda parte se realiza un análisis crítico de las posiciones reduccionistas o empiristas, en particular de las de Engelhardt y el utilitarismo, analizando algunas de sus consecuencias prácticas en bioética. El autor concluye enunciando lo que serían los principios fundamentales de la bioética persona-lista, su fundamentación ontológica, así como el posible desarrollo contemporáneo de la intuición inicial, enunciada por vez primera por Sgreccia en los ochenta.
The first part of this article is an analysis of the historical and philosophical evolution of the concept of human person, from antiquity to present times, including an outline of its major developments. The second part deals critically with reductionist and empiricist positions –particularly Engelhardt’s and of utilitaria- nism– exposing some of its practical implications in the realm of Bioethics. Finally the author concludes with an enunciation of what would constitute a conceptual basis for the ontological foundation of Perso-nal Bioethics derived from the initial framework of intuitive ideas first outlined by Sgreccia in the eighties.
1 La conferencia titulada “Persona y Personalismo” fue pronunciada por el Profesor Elio Sgreccia en la Universidad Católica de Santo Toribio de Mogrovejo con ocasión de su nombramiento como Doctor Honoris Causa en octubre de 2008. El autor ha cedido expresamente este texto para que sea publicado en el número de Cuadernos de Bioética dedicado a la Bioética Personalista. El Prof. Sgreccia fue la primera persona que comenzó a hablar de “Bioética Personalista” en los años 80. Acuñó esta expresión entendiendo por ella una nueva corriente dentro de la Bioética (hasta aquellos momentos solo se hablaba de Bioética Principialista, utilitarista, Bioética liberal y casuística) que incluía tanto la perspectiva clásica, ontológica, sobre la persona, así como su posterior desarrollo contemporáneo de cuño fenomenológico. Sgreccia ha dedicado 30 años de su vida al desarrollo y difusión de este modelo bioético que cuenta ya con alumnos y centros de inspiración perso-nalista en los cinco continentes. Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism filosóficamente extraño a la primera reflexión cosmoló- La reflexión sobre el hombre en la cultura contempo- gica naturalista griega (no madura en el mismo pensa- ránea se caracteriza por una doble polarización. Por un miento postsocrático que puso al hombre en el centro lado, el desarrollo de las ciencias sobre el hombre tiende del universo), fue profundizado en la patrística con las cada vez más a la especialización en el estudio de la na- disputas trinitarias: se discutía si el término persona, usa- turaleza humana, de los mecanismos neurofisiológicos, do para indicar las tres “hipóstasis” del Dios cristiano, genéticos, y en el estudio de la estructuración, conscien- significara también relacionalidad no sustancial (a saber, te e inconsciente, de la psique humana. Por otro lado, la accidental), o la sustancialidad misma. La aportación del filosofía advierte en el plano teorético que el concepto cristianismo fue determinante para la atribución de una de persona se hace cada vez más inasible, complejo, consistencia ontológica al significado del término que incierto y difícil de reconducir hacia una compresión ex- vino así a ser caracterizado en sus orígenes por una haustiva y unitaria del mismo. La especialización sobre el hombre en el plano científico va acompañada por la En el ámbito de la misma filosofía, es con Severino atomización del concepto en el plano teórico-filosófico Boecio, y por lo tanto con la filosofía escolástica, con por parte de algunas corrientes del pensamiento feno- quien se ofrece por primera vez una definición secu- menístico que, reduciendo al hombre a su dimensión larizada del concepto de persona que será retomada inmanente y materialista, no captan el núcleo ontoló- posteriormente por Tomás de Aquino: “persona est ra- gico-metafísico que constituye la clave última, que fun- tionalis naturae individua substantia”. Esta definición damenta y unifica, al ser humano en cuanto tal. En este pone en evidencia tres categorías filosóficas esenciales contexto, en el que la reflexión sobre el hombre está en el concepto de persona humana: la sustancialidad, desorientada, cada vez se hace más necesaria una inves- la individuación y la naturaleza racional. Es importante tigación sistemática de la antropología filosófica sobre profundizar en estas categorías porque han dado un la naturaleza y la esencia de la persona humana.
impulso muy fuerte al debate bioético. Por lo tanto, per-sona es un ente real (una sustancia primera en lengua- je aristotélico), una subsistencia particular del género universal y abstracto de la esencia (sustancia segunda), Para comprender el significado del término “persona concretizada en el individuo concreto. La subsistencia humana” es útil trazar unas líneas de referencia sobre la indica el existir en sí y para sí, en virtud exclusiva de su evolución y la reflexión filosófica del concepto. En esta mismo acto de ser (que, en última instancia, en la filo- sede delimitaremos la investigación al significado filosó- sofía tomista coincide con el efecto del acto creativo) e fico, distinto del psicológico (personalidad) y del jurídico independientemente de la existencia de otra sustancia o de sus cualidades. En la realidad humana esto significa El término “persona” fue introducido en el lenguaje que las funciones y los actos que cumple el hombre no filosófico por el estoicismo popular con el significado de existen en sí, son funciones y actos de una sustancia, de máscara (per-sonare, resonar de la voz), en el sentido de un individuo humano sustancial; son funciones “de” la rol del actor en un contexto dramatúrgico que indicaba persona, no son “la” persona. De una sustancia entendi- metafóricamente la tarea y la parte que el hombre “re- da de esta manera se puede predicar la inmutabilidad y presentaba” en su vida. En su origen, la etimología no la permanencia (en el espacio y el tiempo) y por lo tanto, indicaba los rasgos esenciales del rostro, sino el escon- también la identidad. La individuación se refiere a la derse del rostro del actor, la estaticidad (el rol fijo del unicidad y al carácter irrepetible de la persona humana. personaje en el drama) y no anulaba la singularidad en Ésta se distingue de las otras personas gracias a la corpo- cuanto que la forma de la máscara condicionaba el mis- reidad (hoy diríamos, al código genético) que consiente mo resonar de la voz de actor. El concepto de persona, la materialización de la forma, la existencia concreta de Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism la esencia y la encarnación del espíritu. La corporeidad identifica la persona con la autorelación del yo, es de- es el principio de individuación y de diferenciación de la cir, con el yo que se pone en relación consigo mismo sustancia que se manifiesta según coordinadas espacio- mediante la conciencia y el conocimiento de sí. La iden- temporales: es el simple existir como cuerpo (espiritua- tificación de la persona con la conciencia y el cogito la lizado) que determina el valor/significado del ser hu- ha expresado de manera radical en el sistema filosófico mano, no su “devenir”, que representa sólo un aspecto hegeliano que exalta la autoconciencia como el vértice de la Fenomenología del Espíritu, que desde el momen- La especificación ulterior de la persona humana en to subjetivo y a través del momento objetivo culmina el contexto ontológico tomista es la “naturaleza racio- en el reconocimiento de sí mismo como Absoluto (la nal”, a saber, el ser dotado de razón, entendida como la Idea que retorna en sí y para sí). La doctrina hegeliana facultad intelectual que permite abstraer, universalizar, idealista e inmanentista reduce la persona a “modo” de razonar y dar significado a las cosas. La atribución de la sustancia espiritual infinita, más en concreto, en de- la racionalidad a la persona humana ha dado origen terminación empírico-historicista del Espíritu Absoluto, a muchas ambigüedades. Nos preguntamos: ¿la racio- renegando del carácter de “inseidad” personal y singu- nalidad debe ser entendida como capacidad de ejerci- laridad concreta del yo reivindicado por el existencialis- cio actual de la misma o como atributo que connota la sustancialidad de la persona? En la primera hipótesis En contraposición con el racionalismo cartesiano y se excluye del reconocimiento de la dignidad personal el idealismo, el empirismo socava la consistencia onto- de todo sujeto que no ejercite actualmente el racioci- lógica de la persona humana identificando el Yo con nio: no serían personas los que duermen, los ebrios, ni la experiencia psíquico-perceptiva. En Hume la persona tampoco los embriones, los discapacitados mentales, los humana se identifica con la mente (mind), que coincide ancianos, los individuos en coma, con el resultado de con el haz de impresiones e ideas, de percepciones dis- una interpretación restrictiva del concepto de persona tintas (sentimientos, emociones y estados afectivos) que respecto al de ser humano basada en la consideración se suceden en un flujo continuo. La mente no es ni el de simples “accidentes” (funciones) de la sustancia. Si, lugar de recogida y asociación de las percepciones, ni por el contrario, la razón indica el atributo que perte- el acto con el que el sujeto elabora su concepción del nece a la naturaleza humana, todo sujeto que tenga mundo asociando de manera coordinada las impresiones esta naturaleza, aunque no ejercite actualmente la fun- y las ideas que permanecen como entidades psíquicas cionalidad cerebral neurológico-sináptica, es persona en separadas. Para el empirismo, la persona humana no es cuanto sustancia individual dotada por naturaleza de una identidad distinta, se identifica con la misma expe- racionalidad. Esta fundamentación ontológica del con- riencia subjetivo perceptiva y la sucesión de ideas. Se cepto de persona consiente el reconocimiento de una niega la sustancialidad del Yo: el Yo es una creencia re- trascendencia que garantiza el respeto del ser humano construible gracias a la imaginación y a la memoria que en todas las manifestaciones de la vida física contra toda garantiza la conexión entre las percepciones sucesivas.
tentativa filosófico-antropológica reduccionista que in- La reflexión filosófica contemporánea sobre el con- cepto de persona, sobre todo en el ámbito fenomenoló- En el ámbito de la filosofía moderna, el reconoci- gico y existencialista-hermenéutico, recupera el signifi- miento ontológico del carácter sustancial de la persona cado de la relación, pero no en el sentido de auto-rela- se debilita hasta ser negado por las corrientes de pen- ción sino de hetero-relación, y en particular, de relación samiento racionalista y empirista. En una línea raciona- con el mundo y con los demás. La relación intersubjetiva lista se orienta la aportación de Descartes que, en un deviene el elemento constitutivo y fundamento del ser contexto filosófico mecanicista que separa radicalmente personal. E. Husserl identifica el Yo con el polo de la vida el pensamiento (res cogitans) del cuerpo (res extensa), intencional, donde por intencionalidad se entiende la Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism relación “con” lo otro. Para Husserl, la conciencia es el predicable de estados de conciencia y de características trascendental que “da sentido al mundo” (Besinnung), corporales; R. Rorty considera a la persona como encar- es una conciencia mundana, dirigida al mundo y no a sí nación de los vocabularios. Pero el concepto de persona retomado también por filosofías de inspiración religiosa M. Scheler, negando en su pensamiento maduro el (como aquella de E. Lévinas) y no religiosas (pensemos carácter sustancial de la persona, la definió como “re- por ejemplo en la ética comunicativa de K. O. Apel y J. lación con el mundo”. El Yo, el individuo concreto, se Habermas, o en cierta parte de la filosofía analítica que constituye originariamente en su relación con el mundo ha afrontado el tema de la identidad en base a las cate- externo, la sociedad y el ambiente, es más, el mundo gorías aristotélicas de sustancia y naturaleza).
no es más que el “correlato objetivo” de la persona, el dominio de la posibilidad de obrar (“el poder hacer”) de la persona que se expresa a sí misma.
reduccionistas de la persona humana y el Es la línea de pensamiento que se vuelve a manifes- tar en el existencialismo ontológico de M. Heidegger. El racionalismo por una parte, reforzado por la am- Ésta gira alrededor del concepto de persona como “ser- bigua interpretación de la definición boeciana, y el em- aquí” (Da-sein) y como relación con el mundo (in-der- pirismo por otro, están en los orígenes de las concepcio- Welt-sein). También se manifiesta en el existencialismo nes antropológicas que reducen el concepto de persona nihilista y ateo de J. P. Sartre donde la fenomenología humana. La absolutización de la razón y de la autocon- deviene “ontología de la nada”, nulificando y vaciando ciencia individual exalta la subjetividad entendida como entidad autónoma, capacidad de autodeterminación y El significado de la subjetividad se recupera en la de ejercicio intelectual. Anteriormente se han apuntado hermenéutica de H. G. Gadamer que considera el Yo las razones por las que estas perspectivas marginan y como apertura a la experiencia histórica concreta, como reducen la vida humana. Esta orientación antropológica conciencia finita estructurada existencialmente que está hoy presente de manera evidente en la corriente comprende e interpreta la “historia de los efectos”. La del no-cognitivismo decisionista, en el utilitarismo, el comprensión e interpretación de la historia es entendida liberalismo radical y el contractualismo.
en el sentido de encuentro del hombre con el mundo El no-cognitivismo, no reconociendo la posibilidad de “conocer” y de distinguir en ámbito moral entre el También la filosofía analítica angloamericana pone bien y el mal, atribuye al sujeto la fuente última de la en primer plano el lenguaje. Esta corriente de pensa- moral. En la perspectiva neopositivista, donde el único miento se basa en dos puntos importantes: la negación criterio de verdad es la verificación empírica, todas las de la metafísica y la necesidad de la verificación fac- proposiciones morales normativas que emiten juicios de tual por la atribución de sensatez e insensatez de las valor, no siendo empíricamente verificables, son conside- proposiciones. En este contexto el concepto de persona radas como planteadas arbitrariamente por el sujeto. La pierde su consistencia trascendente y se reduce a objeto autodeterminación y la autonomía son por lo tanto atri- de análisis clarificador del lenguaje del único discurso butos fundamentales en la definición de persona: quien significativo desde el punto de vista cognitivo, es decir, no tiene la capacidad de expresión de estas funciones no el discurso científico. El Yo es un fenómeno lingüístico, y se le considera “sujeto de derecho”.
por lo tanto una entidad que mediante la emisión de los El contractualismo, poniendo como origen de la re- términos “yo”, “mí”, “mío”, se refiere exclusivamente a lación interpersonal el contrato, es decir, el acuerdo en- sí mismo. R. Nozick habla del Yo como capacidad de auto tre individuos para crear normas y procedimientos que referencia; en P. F. Strawson la persona es una entidad puedan ser compartidos intersubjetivamente, atribuye Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism la posibilidad de pertenecer a una “comunidad moral” criterio neurológico el que define los límites del respeto sólo a aquel ser humano dotado de capacidad de auto- de la persona humana. Fundamentándose en estas teo- conciencia, de ejercicio racional y de sentido moral. Asi- rías, el reconocimiento de la dignidad de la persona hu- mismo, en el utilitarismo y la corriente liberal radical es mana excluye a aquel que todavía no haya desarrollado reconocido como persona solo aquel individuo que tiene la capacidad neurológica de probar placer y dolor, entre “estatus moral de persona”, es decir, que tiene capaci- ellos, al embrión en sus primeros estadios de formación. dad de situarse éticamente en la comunidad, aquel que Desde esta perspectiva, no es lícito experimentar sobre es consciente y autónomo. H. T. Engelhardt, uno de los los babuinos (en esta óptica “extensiva”, éstos serían per- autores más conocidos de esta corriente de pensamien- sonas), y en cambio sí lo es experimentar con embriones, to, fundamenta la distinción entre “seres humanos” y con fetos, con niños con espina bífida y anencéfalos; es “personas”, entre “vida humana biológica” y “vida hu- lícita la supresión de fetos deformes cuya vida sería sólo mana personal”: las “personas en sentido estricto” son sufrimiento y “no merecedora de ser vivida”.
los agentes morales a los cuales se les pueden atribuir En oposición a todas las corrientes de pensamiento todos los derechos, mientras que los seres humanos no que reducen el valor y el significado del hombre, el per- personas o “potenciales personas” tienen derechos en sonalismo más reciente y contemporáneo recupera en una escala gradual. En concreto, tienen más derechos los un plano filosófico la centralidad de la necesidad de un niños y recién nacidos (“personas 2 y 3”) en cuanto que replanteamiento del concepto de persona. tienen una alta probabilidad de devenir personas; son El personalismo es un movimiento cultural de am- menores los derechos atribuidos a aquellos que fueron plio respiro que en el plano filosófico se diferencia en personas pero ya no lo son (los ancianos, los enfermos distintas perspectivas. En el pensamiento de E. Mounier mentales y los individuos en coma, reconocidas como y L. Stefanini emerge la exigencia de fundir la instan- “personas 4”); por último, están aquellos que no fueron cia personalista y aquella comunitaria. Se traduce en la nunca personas y no lo serán nunca (los disminuidos consideración del concepto de persona en su dimensión graves o “personas 5”). Se trata de una teoría con acen- reflexiva (apertura al propio ser), en su dimensión comu- tuado carácter evolucionista y discriminatorio, en cuanto nitaria (apertura al cosmos, a la sociedad y a la historia), que se considera que el ser humano deviene gradual- y en la dimensión participativa (apertura a la metafísi- mente persona en la medida en que adquiere ciertas ca). La estructura relacional de la persona emerge en el personalismo dialógico de M. Buber que identifica la Si el racionalismo ha influido en la concepción antro- persona en la relación fundamental “entre” (zwischen) pológica reduccionista del no-cognitivismo y del contrac- el Yo y la alteridad reconocida como un Tú en el en- tualismo, el empirismo humeano ha influido con fuerza cuentro (Begegnung). La instancia personalista se funde en la concepción reduccionista de la antropología sen- con el espiritualismo en el pensamiento de J. Lacroix, sista que fundamenta el utilitarismo. El reconocimiento M. Blondel y C. Renouvier, que exaltan el componente de la persona humana se identifica con el momento del espiritual del ser humano. Encontramos una fundamen- inicio de la actividad perceptiva: persona es el sujeto que tación existencialista y fenomenológica en la filosofía percibe, o que al menos, percibe el placer y el dolor, las de N.A. Berdjaev, G. Marcel y M. Merleau-Ponty, que preferencias y los sufrimientos. Los autores que adhieren retoman la polémica kierkegaardiana contra Hegel en al utilitarismo (la utilidad se obtiene del cálculo entre la nombre de la individualidad de la existencia humana. maximización del placer y la minimización del desagra- Un personalismo de impronta hermenéutico-simbólica y do) consideran que hasta que la vida humana no ma- trascendental se encuentra en P. Ricoeur que considera nifieste su estructuración fisiológico-neurológica, y por la persona humana como una “síntesis proyectada” que tanto la posibilidad de “percibir” del sujeto, ésta no se se capta a sí misma en la representación de una tarea, debe respetar. Ya no es el criterio de la razón cuanto el Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism Ciertamente no pretendo agotar el complejo pano- tenecientes a su naturaleza) sin agotarse en ellas, de rama del personalismo, nos hemos limitado sólo a algu- la misma manera que los actos libres no se identifican nos elementos del mismo con la finalidad de poner en tout court con la libertad, ni los actos concretos de la evidencia el filón del personalismo que consideramos inteligencia con la inteligencia misma. Las facultades no digno de este nombre y más adecuado para una fun- están siempre activas y por ello no expresan totalmente damentación de la bioética que salvaguarde la persona su fuente, los actos son mutables y contingentes e indi- en su integridad físico-psíquica y espiritual. Se trata del can la fuente del ser personal permanente e inmutable personalismo fundamentado ontológicamente en la lí- que explica la actuación, y al mismo tiempo es más rica nea de Tomás y de J. J. Maritain. Desde esta perspectiva que la misma manifestación fenoménica. El principio la persona es el substrato subsistente que no se agota clásico “operari sequitur esse” expresa la exigencia de en la manifestación fenoménica, más bien, trasciende una fundamentación ontológica del sujeto. Además, la su misma manifestación en la riqueza inagotable del ser concepción subjetivista y relacional de la persona sería espiritual. Con esto no se pretende negar la aportación reduccionista porque prescindiría de la intrínseca unita- de las otras corrientes de pensamiento, sino integrarlas riedad del cuerpo con el yo espiritual. La persona huma- en el reconocimiento prioritario de la sustancialidad del na es un Yo encarnado, es un ser espiritual que unifica ser humano. La persona es auto-relación (presencia de la corporeidad, la cual a su vez es invadida por el Yo y sí a sí) y hetero-relación (relación con el mundo y con los demás), pero no se agota en la estructura relacional. La concepción personalista fundamentada antológi- Es más, la persona es manifestación fenoménica y expe- camente ve en la singularidad de toda persona su glo- riencia perceptiva pero también principio viviente que balidad y unidad, la corporeidad llena de trascendencia, unifica la totalidad de la experiencia distinguiéndose de la subjetividad fundada sobre una ontología espiritual. los contenidos de la experiencia misma y no resolvién- Aplicar a la medicina y a las ciencias biomédicas en ge- dose en estos. La persona es prioridad ontológica real neral una concepción subjetivista significaría exponer que trasciende las múltiples determinaciones empíricas; la corporeidad a la extraneidad objetivizante y, en la es “ser más allá del aparecer”; es el núcleo sustancial práctica, calificar como persona en sentido pleno sólo unificador del ser. En definitiva, en la reflexión sobre la a aquellos sujetos con capacidad de expresarse desde el persona no nos podemos limitar a captar el aspecto sub- punto de vista subjetivo y consciente. La bioética exige jetivo-relacional, propio de la espiritualidad consciente, como fundamentación y punto de referencia un perso- ya que tal aspecto no agota la persona, sobre este aspec- nalismo en sentido fuerte, en el que la subjetividad no to se fundamentan concepciones antropológicas que no se descuide en sus actos de conciencia, autoconciencia, justifican plenamente el concepto de persona, es más lo libertad y responsabilidad, sino que venga adecuada- mente explicada y fundada en la raíz ontológica del El aspecto subjetivo-relacional no justifica plenamen- ser personal; todo ello, sin menoscabo del personalis- te el concepto de persona humana porque la subjeti- mo fenomenológico y relacional contemporáneo, que vidad, para poder expresarse, necesita de una fuente, ofrece elementos relevantes y una reflexión sumamente un ser que unifique y vivifique la multiplicidad de las interesante que completa y amplia el cuadro de lo que expresiones y de los actos. La subjetividad supone un es la persona humana, de su irreductibilidad a objeto, su ser subjetivo, a no ser que se quiera fundamentar la dimensión social, dialógica y relacional.
actividad subjetiva sobre la nada o agotarla en un acto único. El ser, capaz de facultad intelectual, de concien- cia y libertad es, en última instancia, un ser espiritual, una fuente activa de naturaleza espiritual, inmaterial, Los desafíos planteados por el desarrollo de las cien- que fundamenta y explica las facultades operativas (per- cias biológicas y las cuestiones actuales de la bioética Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism pueden dar al personalismo un empuje hacia una ulte- una acción es ética cuando expresa una elección de la rior profundización teorética y una apertura hacia nue- persona. También en sentido objetivo, en cuanto que la vos horizontes. En la definición de la persona humana persona es fundamento, medida y término de la acción de Boecio y Tomás se dio un acento especial a la estruc- moral. En otras palabras, una acción es ética si respeta la tura sustancial singular (individualizada) de la persona; plena dignidad de la persona humana y los valores que en el personalismo más reciente, fundamentado anto- están intrínsecamente inscritos en su naturaleza. Es lícita lógicamente, de J. Maritain, E. Mounier y E. Gilson, se y moralmente buena aquella acción que, procediendo pone el acento en la apertura comunitaria y social de la de una elección consciente, respeta a la persona y la persona humana en su dinámica de desarrollo.
perfecciona en su ser y en su crecimiento.
En el momento cultural actual, el pensamiento filo- Somos conscientes de que afirmando lo anterior to- sófico sobre la persona está llamado a atender también mamos posición frente a aquellos que sostienen el subje- la instancia ecológico-ambiental, es decir, la responsa- tivismo irracional de las elecciones morales (emotivistas, bilidad respecto a los animales y el ecosistema tanto decisionistas, cultores de la moral de la situación) y nos en sentido sincrónico como diacrónico, mirando hacia distanciamos también de aquellos que fundamentan la la proyección futura. Se trata de elaborar una especie moral en el contractualismo y utilitarismo social que de- de “personalismo de la biosfera” que amplifique e in- riva del balance entre valoraciones y juicios de la sensi- cremente la responsabilidad en sentido “total”, com- bilidad social. La persona humana tiene una naturaleza prendiendo la necesidad de un reconocimiento de los corpóreo-espiritual y está dotada de una razón abierta deberes para con todos los seres vivientes (plantas, ani- al conocimiento y al reconocimiento de su propia digni- males y tierra). Un personalismo que no atenúe su fun- dad en sentido pleno (inscrita en la misma naturaleza), damentación realista y ontológica y que se abra a nue- de los valores que debe realizar y de las normas para vas provocaciones planteadas por el progreso científico obtenerlos. Es el juicio práctico de la razón el que cons- tituye la conciencia moral. La estructura de la persona, La persona humana es artífice de la sociedad y de la o la naturaleza humana personalizada, mediante la re- biosfera, es artífice del ambiente ecológico y social, por flexión racional consigue la conciencia de sí y la con- el cual es a su vez condicionada y estimulada. La “éti- ciencia de la urgencia moral de seguir su propio bien y ca de la responsabilidad” de la que habla Hans Jonas, de buscar en sus acciones la realización del bien propio concebida no sólo como responsabilidad individual, se y de toda persona. Desde una perspectiva creacionista y debe enraizar en una concepción fuerte de la persona cristiana tal exigencia se explicita como el fin deseado por el Creador y una ley moral que la creación ha ins-crito en la existencia humana; en la reflexión filosófica 5. La persona humana como fundamento de la tal exigencia moral se sitúa en la persona misma y en aquello que la conduce a su perfeccionamiento moral.
El camino para el descubrimiento del verdadero bien La centralidad de la persona emerge en el universo, de la persona, así como de todo bien, puede ser largo y en la sociedad y en la historia ya que la persona humana costoso, caracterizado por la falta de certeza, de errores resume y da significado al ser del mundo, es el centro de y confusiones; la conciencia del bien y del mal puede la sociedad (que está hecha por las personas y para las estar obstaculizado por el error y la duda, pero queda personas), y por último, es artífice de la historia que tie- siempre la tensión y el estímulo a buscar la perfección ne en las personas concretas, en sus relaciones y en sus del propio ser y la realización del bien, que coincide con acciones, toda fuente de la explicación. Pero también la la elección de la verdad y el camino del progreso verda- persona humana es fundamento y criterio ético. La per- deramente humano y la civilización. Todavía más costoso sona es criterio ético en sentido subjetivo, en cuanto que Elio SgrEccia Persona humana y Personalismohuman Person and Personalism y frágil se demuestra el esfuerzo por poner en acto el bien una vez conocido, pero la dignidad del hombre Abbagnano N., Dizionario di filosofia. Torino: Utet, está en esta capacidad de trascendencia de su propia caducidad. La llamada “ley de Hume”, que afirma la Boezio S., De duabus naturis et una persona Christi. imposibilidad de pasar del ser al plano de los valores, Campanile D., Problemi di antropologia filosofica. Pado- del ser al deber ser, es verdadera si se refiere a com- portamientos fácticos e históricos (si se refiere a la ética Engelhardt T. H. jr., Foundations of Bioethics. New York: descriptiva); en cambio, no es verdadera si se mueve Oxford University Press, 1986 (trad. It. Manuale di desde la reflexión racional y es consciente de la esencia Bioetica. Milano: Saggiatore, 1991).
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Source: http://www.argomenti2000.it/argomenti/bioetica/D._E..pdf

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DSC Messungen von Omeprazol Omeprazol ist ein Wirkstoff gegen Magenbrennen und saures AufstossenDer weisse pulverförmige Wirkstoff schmilzt oberhalb von 150°C. Die Schmelze zersetzt sich danach und setzt eine Zersetzungsenergie von 370-450J/g frei. Das Molekül ist daher gut geeignet zum Studium der Wechselwirkung von Zersetzung und Schmelze mittels Mikrothermoanalytik. Man unterscheidet f

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