Begoña Ansorena
Psicóloga-Psicoanalista. CDIAP Sant Boi de Llobregat
Introducción El siguiente caso fue presentado en un ciclo de sesiones clínicas bajo el título “La desinserción en la infancia: modalidades clínicas”, organizado por el CDIAP de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) en colaboración con la Sección Clínica de Bar- celona del Instituto del Campo Freudiano.
Elegí este caso porque me parece que ilustra algo de una penosa realidad,
que se ha acrecentado exponencialmente en los últimos cinco años. Se trata de los excesos y desatinos en el uso de la medicación neurológica y psiquiátrica, incluso en niños muy pequeños, produciendo efectos de desinserción que afectan a un gran número de niños diagnosticados, de hiperactividad, déficit de atención, de-presión…, cada vez más por la escuela o por los propios padres, que en ocasiones acuden al pediatra con el pedido específico de que medique a su hijo.
Según la teoría psicoanalítica, y en particular Jacques Lacan, pone de mani-
fiesto dos vertientes articuladas y no excluyentes de la organización subjetiva: la de la imagen del cuerpo y la del registro pulsional.
Subrayar que la organización pulsional resulta del encuentro particular entre las
funciones (la necesidad) del sujeto y el deseo del Otro. Este deseo del Otro es una expresión que recubre el deseo con el cual el adulto, la madre en primer lugar, inviste al sujeto, para quien ese deseo queda en parte opaco, enigmático. En cierto modo la organización pulsional del sujeto con sus elaboraciones imaginarias (fantasías o fan-tasmas) vale como respuesta a su interrogación sobre lo que el otro desea de él.
Trataré de explicar en el caso, con las referencias teóricas pertinentes, cómo
las consecuencias de la dimensión del acto médico junto con ese deseo enigmáti-co para el niño que es el de la madre, coloca a Alex en una posición delicada, en un momento clave como es la infancia para la contistución de la subjetividad.
Una escucha orientada desde el psicoanálisis aplicado a la terapéutica permi-
tió por un lado, operar, en parte, sobre el fantasma de la madre, y por otro, des-cifrar algo de los significantes que al sujeto le inscriben en el Otro, produciendo unos efectos terapéuticos para el sujeto.
Cas Clínic · Begoña Ansorena 181 Caso clínico Es la madre quien realiza la demanda. En la entrevista de acogida con la trabaja- dora social, lo que destaca de la anamnesis es su preocupación actual por su hijo, Alex de 4 años, en los aprendizajes, en que le cuesta prestar atención y que no hace caso. En los datos socio-familiares consta que la madre está embarazada de un mes.
Sin embargo, en la primera entrevista que mantengo con la madre, todo
parece estar centrado en una cuestión médica. Me entrega un informe médico y explica que tras una revisión de rutina con el pediatra, éste le envía al neurólogo, según la madre porque le preguntó como se llama y Alex contestó ‘con su cosas’: “que tiene animales y que hacen esto y lo otro”, “le respondió con lo que a él le interesa”, dice la madre.
El neurólogo ordenó un EEG y se detectó en fase de sueño “alteraciones no
paroxísticas”, no habiéndose presentado crisis en estado de vigilia. Prescribió un fármaco antiepiléptico, control EEG en fase de sueño cada tres meses y transmitió la idea de que no se preocupara, que a lo único que podría afectarle sería al len-guaje en caso de afectarle a algo.
Lleva en tratamiento con Trileptal desde hace un año aproximadamente sien-
do al año del mismo el control con el neurólogo.
Prosigue la madre que tanto el embarazo como el parto fueron normales, que
ha sido un niño que se ha criado bien, sin problemas, excepto esto que le ha dicho el neurólogo.
No ha ido a la guardería, siendo ella quien lo ha cuidado hasta que comenzó
Refiere que está muy pendiente y compara a Alex con otros niños todo el
tiempo. Es de los pequeños de la clase y la señorita cuando empezó P3 lo veía infantil, le costaba hacer mucho los deberes y sólo pensaba en el patio y jugar. Actualmente cursa P4.
En la entrevista con la madre van surgiendo algunas de las marcas de ese
deseo enigmático y opaco para el niño.
Refiere que nunca han explicado a Alex porqué toma el jarabe, ni porqué le
llevan periódicamente a dormir a un hospital en el que “le ponen esos cables en la cabeza”. No deja de compararlo con otros niños de su edad para verificar algo en relación a su normalidad.
Pero su opacidad va más allá de estas cuestiones y muestra su origen fantasmá-
tico en la siguiente escena que narra en la primera entrevista:
Recuerda que estando embarazada de Alex, pedía a Dios que el niño no tu-
viera nada “cerebral” porque donde ella trabajaba, cada día llegaba un autobús
de niños con lesiones cerebrales –parálisis, oligofrenia- y se atormentaba con la idea de que su hijo fuese a tener también algo”cerebral”. Pedía a Dios que eso no sucediera mientras no podía dejar de imaginar a su hijo de esa manera.
El alcance de esta escena fue tomando consistencia hasta que logró que satis-
facieran –primero el pediatra y luego el neurólogo- su verdadera demanda: la ve-rificación de que su hijo padecía una anomalía cerebral que requería medicación neurológica.
Creo también, que la demanda actual de la madre viene originada por una
reactualización de la angustia vivida en el embarazo de Alex y que dicha reactua-lización surge al quedarse de nuevo embarazada. Recordar simplemente que ella solicita la visita en el CDIAP, al mes de este nuevo embarazo.
El primer día que recibo a Alex, me llama la atención como se presenta en la
sala de espera. Lo primero que dice cuando me dirijo a él, es que “hoy es el último día que vengo” y tras el intento de corregirle por parte de las personas adultas que se encontraban en la sala de espera, vuelve a repetir “hoy es el último día que vengo”.
Ya en el despacho, la madre se mantendrá en silencio durante la sesión. Alex
sentado de espaldas a ella, no para de hablar, no sin desparpajo, “tú no sabes, yo sé todo”, “que no te enteras”, mientras juega con los juguetes de la sala, yendo de un objeto a otro.
Va sacando y nombrando los animales que hay en un caja, luego cambia estos
por otro juego, una casa, “necesito muñecos” dirá y va desplegando la constela-ción familiar, sigue colocando muñecos por toda la casa, en la cama, en el sofá, encima del fregadero, le señalo que ahí estará muy incómodo y frío, dirá que “no hay lejía”, continuando con el juego. No para de hablar, “los policías no duermen, tienen que trabajar; necesita hacer una ciudad con más cosas, le pregunto porqué hay tantas personas en la casa, “porque hay muchos hermanos”, le pregunto si él tiene hermanos dirá que “sí”, cómo se llama prosigo y dirá que “no”, se gira miran-do hacia la madre, “pero vendrá”.
La madre no dice nada, contempla sonriente la escena. De momento no hay
Alex no parece que se quiera ir, dice de seguir jugando un poquito y que lue-
go recoge, accedo a su petición y finalmente marcha sin problema.
La manera de como se presenta Alex, inquieto, verboso, dominante, y la pri-
meras palabras que me dirige - “hoy es el último día que vengo”- indican ya algo de su intento de asumir una posición de dominio - “que no te enteras”, “tú no sabes, yo sé todo “- frente a lo que de enigmático y oscuro hay para él en el deseo del Otro.
Cas Clínic · Begoña Ansorena 183
Por lo tanto, acogí por un lado la demanda de la madre. Demanda que viene
acompañada de un saber, el saber médico que nombra a su hijo de tal o cual ma-nera.
Por otro lado, invité a Alex a contar lo que le pasaba, a decir lo que quisiera
decir, sobre lo que a él le concierne. Es decir, le supuse un saber, olvidándome de todo lo que sabía sobre él, más bien, haciendo como si no supiera, y como conse-cuencia de esta maniobra pudo instalarse la transferencia en la medida de que a partir de aquí mis intervenciones (interpretaciones) tendrán para él efectos que hace que se entregue a la analista, dándole el lugar de supuesto saber a ella.
En las primeras sesiones, Alex quiere jugar pero no puede dejar de pedir un
objeto tras otro, incluso saliendo a buscarlos a otras salas del Centro, pasando el tiempo de la visita y sin poder jugar. En este punto le señalo la imposibilidad que ese actuar produce. Interpreto que su actuar, su ir de un lado para otro tras el obje-to le impide aquello que quiere, que es jugar. Esto cambia a partir de este momen-to. Es a partir de este momento, que se instala la transferencia. Puede permanecer en la sala durante las sesiones, organizar un juego y hacer que sea el Otro quien le busque a él: le gusta esconderse y que le busque. Inicia gozosamente un fort-da, paradigma de todas las simbolizaciones necesarias en la evolución del niño.
Poco después, su pregunta por el deseo del Otro y su lugar en él - ¿puedes
perderme?, ¿puedo fiarme de ti? – se aloja en una demanda reveladora y crucial: me entrega un osito pequeño y me pide que lo guarde. “Es un secreto”. Periódica-mente –y en particular antes de la separación de las vacaciones – pide verificar que el osito sigue en el lugar donde lo guardé y repite: “un día me lo das”.
Un mes después del inicio del tratamiento, Alex tenía visita-control con su
neurólogo tras serle practicado el EEG en fase de sueño. Esta visita brindó la oca-sión para un cierto viraje en la posición de la madre. No había novedades en el EEG y Alex hizo lo que solía hacer ante la demanda del Otro: responder, de en-trada, cualquier cosa distinta de aquello que se le pedía. El médico tomó esta res-puesta por un índice de deterioro y propuso doblar la dosis del fármaco, llevando las cosas más allá de lo que la madre estaba dispuesta a sostener.
En este punto, se le ofreció la posibilidad de que Alex fuese visitado por la
neuropediatra del CDIAP, con la finalidad de tener una segunda opinión sobre aquella prescripción.
La conclusión de la nueropediatra fue que Alex tenía un EEG no del todo
normal pero no patológico y no precisaba en absoluto de medicación. Esto no llegó a convencerla del todo y necesitó aún una tercera opinión –coincidente con la de la neuropediatra del centro- para decidir que su hijo dejara la medicación. La consistencia de una creencia fantasmática puede ser muy difícil de conmover.
Cuando su marido quiso pedir explicaciones al neurólogo, ella lo detuvo con un “nunca se sabe si algún día lo vamos a necesitar…”
Alex por su parte, explora en sus juegos la dimensión del origen – “estaban
los primeros hombres, ví los huesos de la cabeza”, “el huevo y la gallina”- a medi-da que avanza la gestación del hermanito de la que -ahora sí- la madre le habla. Igualmente despliega una serie de significantes – “hacer cachondeo”, “estar tariro, loco”, “hacer tonterías”- para preguntarse y preguntar al Otro por ese punto de opacidad del deseo materno que circula por “esos cables que le ponen en la ca-beza”.
A la vuelta de las vacaciones de verano y con el inicio escolar, Alex comienza
a bajar la dosis farmacológica siguiendo las indicaciones de la neuropediatra, hasta que llega a dejarla totalmente.
Después de siete meses de tratamiento, los efectos terapéuticos en Alex eran
muy claros. Su maestra no veía en él nada de qué preocuparse.
La supresión de la medicación –efecto del trabajo realizado con la madre-
contribuyó también a cierta normalización del lugar de Alex, que dejó de ser un niño con un supuesto “problema cerebral”.
Todo ello contribuyó sin duda, a amortiguar la incidencia en Alex del fantas-
ma de la madre pero fue sin duda, el encuentro y el diálogo con la terapeuta lo que permitió a Alex descifrar algo de los significantes que lo inscribían en el Otro, separarse del lugar en el que le colocaban y por añadidura, curarse de su inquie-tud, su no prestar atención y su no hacer caso, que comportaban un claro riesgo de segregación dentro de la escuela.
Cas Clínic · Begoña Ansorena 185 Lacan, Jacques: Lacan, Jacques: Freud, Sigmund: Odile Blay, Guy Tobras: Mira, Vicente: Lacan, Jacques: “La dimensión del Acto en “Sobre el autismo”: “Discurso de clausura de Pediatría” (1ª Parte): las Jornadas sobre las Freudiano El Analiticón nº3.psicosis en el niño”.: Freudiano El Niño nº 3.
Editorial Paradiso, Barcelona, Revista del Campo Frudiano Palomera, Vicente: “La deducción del psicoanálisis aplicado desde los principios mismos del psicoanálisis”: Revista digital Virtualia nº 13, 2005. Bibliografia
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