Lacan y el otro

Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 Lacan y el Otro
Benjamín Hoezen Polack
“Somos victimas –pensaba yo- de un doble espejismo. Si miramos afueray procuramos penetrar en las cosas, nuestro mundo externo pierde en solidez,y acaba por disipársenos cuando llegamos a creer que no existe por si, sino pornosotros. Pero, si convencidos de la intima realidad, miramos adentro,entonces todo nos parece venir de fuera, y es nuestro mundo interior, nosotrosmismos, lo que se desvanece. ¿Qué hacer entonces? El hombre del deseo de Lacan
Sabemos que según Lacan el sujeto, es el sujeto del deseo, que es la esencia del hombre. Este sujeto, una vez entrado en el lenguaje, quedará dividido y marcadopor la ineliminable carencia de un objeto perdido, un vacío que, muy a menudo intentade llenar y tapar de modo patético o patológico. Originalmente escindido está, como"efecto del lenguaje" responsable por su separación y alienación. Para que hayadeseo, postula una condición de posibilidad, que es la Cosa, "como el primer exterior,es aquello en torno a lo cual se organiza todo el andar del sujeto. Cosa, en tanto queOtro absoluto del sujeto, es lo que se trata de volver a encontrar" La Cosa es elfuera-de-significado y "en función de ese fuera-de-significado y de una relaciónpatética con él, el sujeto conserva su distancia y se constituye en un modo de relación,de afecto primario, anterior a toda repr Alguna vez leí, que es la caja negra dela toma de decisiones. Lo entiendo como la Cosa engendrada y no creada. En versiónmoderna sería el movimiento continuo del automatón. Aquí, el sujeto se tropieza consu límite, su Ley, que detiene el esfuerzo de sellar la Unidad reencontrada, en elimpase de lo -mejor dicho- "su" real. Un real, de momento excluido de sentido, hastanuevo aviso interpretativo.
El sujeto, ininterrumpidamente arrinconado por la Cosa, fuerza de pro-"pulsión", a toda costa, quiere superar el duelo de una insoportable división. Este sujeto, que seengancha en un plus-de-goce, que insiste en la búsqueda nostálgica de la verdad desu Bien, detrás de lo Absoluto incondicionado, encuentra lo imposible de decir, el másallá de la Nada. Casi-nada, porque el sujeto no existe sin una causa aristotélica que leproduzca. A la Sísifus tiene que recorrer el camino sin fin de su deseo, sin llegar nuncaa su Utopía, el quijotesco Deseo Completo de Dulcinea del Toboso, cuya ausenciasiempre hay que llorar. Una Utopía-negativa, un Jenseits, que no tolera impunementeun pasaje, por la transgresión de una Ley, igual para todos.
¿Cómo un sujeto, testarudo en rechazar la falta, que no acepta la implacable ruptura y que no para de perseverar en su fe en una imaginaria Cosa trascendente,puede orientarse y realizar su fantasma protector como sostén de su deseo?. "El lugar 1 Machado Antonio, Campos de castil a. Ed. de Geoffrey Ribbans, Ed. Cátedra LetrasHispánicas, Madrid, 1997, pg.274.
2 J. Lacan, Posición del Inconsciente, Escritos, vol. 2, Ed. S.XXI, México, 1998, pg.814 3 J. Lacan, Seminario VII, Ed.Piados, 1997, pg.68 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 de la mediación es la pantalla." Concretamente a través de aparejar un objeto-a,causa de su deseo, puede recuperar aquello de lo que estaba privado, aunque sea demodo imaginario. En principio Lacan delimitó los objetos-a, estrechamente ligados conlos " naturales" objetos afectivos, pe. pecho, voz, mirada. En el camino imaginario, elsujeto recurre a un objeto sustitutivo como elemento mediador para ajustar su deseo alo que creyó perdido. Entona y cultiva su elegía de una cosa, todavía sinverbalización.
Con respecto a la Cosa, Lacan no elabora una teoría del conocimiento, porque el sujeto del deseo ya no se realiza como sujeto pensante del idealismo. Este es unsujeto auto-complaciente, causa de sí mismo y capaz de representarse en unaidentidad, al modelo de una impuesta identificación del exterior al interior de suscoagulados conceptos. Al contrario, el sujeto lacaniano del deseo no es un quererconocer la realidad, sino es quererla, específicamente querer la verdad y no elconocimiento. La Cosa introduce un desplazamiento del foco de una representaciónconceptual a lo sexual, que precede a cualquier orden de expresión o representación ypor consiguiente, no se deja deconstruir. Amar, inscrito como objeto-a, fuera desentido y del lenguaje, no permite la relación con su propia verdad. En términoslacanianos, es la no-relación sexual. El amor imaginario emerge predominantementeen sentido peyorativo, por el alto riesgo de una caída mortal en un positivismoabsoluto, que presenta en su lenguaje la Cosa.
El sujeto lacaniano descentrado, no encuentra sus puntos fijos de ida y vuelta en sí mismo. Cada vez que habla, será y su deseo se inscribe "en el punto A, quehemos definido como el gran Otro en tanto que lugar de la verdad, quiero decir, comolugar donde la palabra se sitúa, se instala." "Se trata del sujeto en tanto que habla y entanto que se estructura en una relación compleja con el significante.conceptualizamos más agudo el significante por "un significante representa a un sujetopor otro significante", podemos solucionar el enigma del "no hay Otro del Otro". Loque falta en el Otro es un significante.
El Otro que no existe
Lacan dice que en el Otro no hay ningún significante que en un momento dado pueda responder por lo que soy. Ese Otro no existe. Es la verdad sin esperanza delinconsciente. Podemos decir, que un sujeto, apostándose empedernidamente con elproverbial "aquí estamos", por la esperanza y posibilidad de un Bien Sublime del Otro,está complementando su hueco con las formaciones inconscientes. Existiendo,buscando la esencia del objeto-a en el Otro, el sujeto no se identifica sino bajo elsignificante, que es aquello lo que le falta al Otro. El sujeto sólo aparece en tantoencuentre el significante que ya había allá y él, cuyo deseo quiere tocarnarcisísticamente su auto-reflejo, se retrocede y desvanece infinitamente.
El secreto de la identidad del psícoanálisis lacaniano es - el topos de - este resto, como tesoro escondido, que nunca brillará, a no ser que el diablo faustiano noslleve a esferas elevadas. Ser es vivir las cosas presentes mediante la infinita cadena -el espacio abierto - de significantes del simbólico orden autónomo. Ser es sublimar almismo tiempo. Si sublimación puede significar "ella lleva un objeto-a a la dignidad dela Cosa" diría yo que "sublimas lo más dignamente el objeto-a, para que sufrasmenos".
5 J. Lacan, Seminario XXI, Ed.Piados, 1999, pg. 114 6 J. Lacan, Hamlet (II), Freudiana nº 7, Paidós, Barcelona, 1993,pg.23 7 J. Lacan, Escr., vol.2, op.cit., pg.819 8 J. Lacan, Seminario VII, op.cit., pg.138 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 El psicoanálisis sirve para rehacer ese sujeto, que no quiere incorporarse en la cadena de los significantes, desprendiéndose de su mitomanía, de sus significantesparticulares del deseo del Otro. Sufre por estar como servidor en el lugar del deseo delOtro. El análisis le posibilita el camino hacia la ley de su propio deseo. Aquí el analistale coloca al paciente en el límite de saber su deseo. ¿Qué es lo que quiere? Facilitasoltarse de auto-representaciones de las imágenes, siempre engañosas, delimaginario, reconstruyendo mi destino, mi historia y mi verdad relativa. Este conceptodel imaginario remite a una forma de mimésis como imitación, donde la imágen delOtro es reproducida idénticamente a medida y semejanza de la imágen de mí mismo.
El espejo de Lacan es un espejo narcisísta. ¿Nos aventuraríamos a hablar - desdeesta perspectiva - sobre un amor elevado con Lacan? Pienso que sí, siempre que elsujeto procure extremar en articularse metonímica-metafóricamente. Aquí, no cabeduda, le tomamos literalmente la palabra, al sujeto. Tiene lugar la intensivasignificación del sujeto en un contexto, en el fondo de un crecido abanico histórico designificantes-signos provisionales."Los signos son plurivalentes: representan sin dudaalgo para alguien".
Imagen, lenguaje y sujeto lacanianos
De hecho, ¿qué estatus podemos conceder a este lenguaje, al sujeto y a las imágenes de su imaginario? Comparto con B. quien adjudica al sujetolacaniano del deseo, un estatus trascendental. Una vez arrancado desde el campo dela estructura trascendental, pienso que inexorablemente se desencadenan y seproliferan las correspondientes clásicas connotaciones dualistas: teoría (saber) opráctica (hacer), natura o cultura, auténtico o inauténtico, presencia o ausencia, dentroo fuera,inmanencia o trascendencia, interior o exterior, determinado o indeterminado,sujeto o objeto, yo o mundo, antes o después, verdad o no-verdad, ser o no-ser, etc.
Se aplica la lógica de las premisas, que no reconoce el tercero excluido. Predominala forma de lo general, las condiciones lógicas sobre la materia. Se nota un estilo, queno quiere perderse con una elaboración de las tensiones de los elementos –en lacópula “y” de co-existencia-, que no le pertenecen al sujeto. Piénsese bien que elobjetivo de Lacan era hacer retroceder al sujeto autorreferencial. Lacan diluyóconsiderablemente este concepto idealista y enriqueció el psicoanálisis por poner másque sus predecesores, el acento en el lenguaje. Sin embargo, la facultad de desear yel interés de recuperación, ¿ no se inclinan decididamente por una orientación al ladodel sujeto, hacia los decires de su historia personal? ¿Ya está castrada la Triste Figuradel sujeto trascendental?¿Ya está castrado el asumir intrépidamente "en su pureza" elheideggerriano "adelantarse al Ser para la Muerte", desde la soledad de su finitud?.
Prevalece una idea de existencia, que debe y puede (“poder” para ser) tomar posición(ética,filosófica).
El sujeto, que se responsabiliza de su situación, por lo menos tiene que tener buena fe en la función del sistema de los significantes y los significados. Si elsignificante le presta, aunque sea momentáneamente, una cierta determinación y unaposible significación, él tiene que abrirse y confiar en un pacto con la lógica delsignificante, que le articula. Aparece el hecho de un orden, en su pureza, de unprincipio no – materialista - el símbolo simboliza lo Otro-, como una realidad suigeneris, con su propia estructura gramatical. Miller dice: "El orden simbólico se 10 B. Baas, El deseo puro –A propósito de “Kant con Sade”- de Lacan, Freudiana nº 26, 1999,p.p. 53-94 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 sostiene muy bien como los jeroglíficos en el desierto sin que nadie los lea". Agregaque ahí hay un sujeto del significante, es pura lógica y fuera del cuerpo.
Este orden autónomo se encarga en un auténtico discurso de sustituir y sublimar el vacío del objeto-a, lo invalorable e inconmensurable para la palabra, comovehículo de la comunicación. Con Freud / Lacan, decimos al analizante: te pongo encamino, sigue hablando, tarde o temprano, asomará de un modo fugaz, que túenunciado choca con el presente de una enunciación, un "se" me habla. El flash en eljuego de los significantes, sirve para que centellee la contingencia de posiblesrevelaciones del sujeto. La necesidad del sistema lógico-formal como factorintermediador, desconocido e impersonal, conduce a un efímero bien concreto. Ambostérminos, sujeto y orden autónomo, se invocan. No actúan separados, sino sedistinguen y se interrelacionan de modo circular. El sujeto tiene un interés en estediscurso, para que sea mínimamente invitado. ¿Adónde viene a parar este sujetoarrojado?, quien asume su singularidad y soledad y encuentra en frente de sí mismoun sistema, en el cual es articulado y es denominado su concreta situación objetiva.
Siquiera en el caso de que lleva en sí mismo el significante como ex-timidad (segúnLacan), el significante le queda ajeno a su propia experiencia vivida (¿jamás lealcanzará?. El sujeto queda de espectador al predicado, que está actuando. ¿Estesujeto intenta desesperadamente allanar lo inconmensurable dentro de la propiaesfera de su vida? Diría con el poeta Ponge:"Con los medios de los árboles (las hojas)no se escapa de los árboles. este sujeto y sobre todo con él, lo Otro, ¿noquedan aprisionados en su forma de expresar? Nada más referir a una causa deldeseo, se lanza al primer plano la acción del sujeto. Se cumple el dicho castellano:primero yo, luego yo y siempre yo.
El cuerpo del “hecho de la palabra”
Empero, pobrecitos los lectores, quienes se ilusionaron que la agilidad teórica de Lacan hizo alto aquí. Un espectador de una pieza musical puede equivocarse enaplaudir antes de que todos los movimientos se hayan cumplido. Con Lacan, son losmovimientos mismos o sea los paradigmas del goce, los que se alternan. En fin, yapresuponíamos que tarde o temprano Lacan se daría cuenta de que el cuerpo real seencontraba abandonado por la traición del hecho original del lenguaje. La vida ya nose deja subordinar y reducir al goce por un ficticio y fantasmático objeto-a, aunque seaun elemento corporal, como efecto de un primordial significante.
Resumamos al respecto, brevemente J.A.Millerás del sujeto del significante, hay el individuo afectado de inconsciente. Un individuo, como efecto de unacontecimiento traumático, que hace huellas, que se presentan en el cuerpo. Lo que"hay" del cuerpo, que habla, sea misterioso, es un parlètre, que sufre los efectosduraderos como incidencia de la lengua sobre el ser. Precede un ser, que se anunciapor el signo de su presencia. Se inscribe de modo originario por el "hecho" de lapalabra, ahora bajo la forma de "lalengua", un blablabla, un parloteo, antes de suordenamiento gramatical y lexicográfico. Se concede el privilegio a un sujeto, que gozapor lo real de su cuerpo. Un gozar, que prescinde del Otro y separado de la necesidad 11 J.A. Miller, Biología lacaniana y acontecimiento de cuerpo, Freudiana nº 28, 2000, pg. 38 12 Fr. Ponge, “Namens de Dingen” (En nombre de las Cosas), Ed. De Bezige Bij, Ámsterdam, 1990, pg. 24, poema “De Kringloop der Seizoenen” (El Ciclo de las Estaciones). En elepílogo P.Meeuse enseña, que los árboles, intentando expresarse, produciendo unaabrumadora cantidad de hojas, nunca consigan en decir otra cosa que “árboles”.
13 J.A. Miller, Los seis paradigmas del goce, Freudiana nº 29, Paradigma 6: La no-relación, p.p.
42-50 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 del imperio de un significante, que le determinaría y le articularía en primera instancia.
Prevalece una práctica de una pragmática social, con los registros de la rutina y de lainvención. Se mueve en el campo de la contingencia, donde podemos localizar el lugarde lo nuevo.
¿Esta corrección del rumbo, nos llevará más allá de una tradición, como repetición de lo mismo? Antes había un espacio "neutral" del orden autónomo de lossignificantes, que hizo las veces como garantía del cambio de los significantes. Por lomenos existió una fe en este sistema y el reconocimiento de su convenciónestablecida. Ahora la palabra, anclada y hundida en el cuerpo, emergeespontáneamente, "enriquecida" del significante. Nunca puede perderse, aparece delmodo que sea. Cabría preguntarse, ¿cómo se construyó la práctica del "hecho"misterioso de la palabra? y ¿qué es su presuposición epistemológica y antropológica?¿Hasta qué punto quedamos con la hubris de un cogito en su autorreferencia?,aunque sea de una subjetividad disminuida.
Ética práctica y el término medio de Aristóteles
Si nos remontamos a la tradición antigua, ¿quién mejor que Aristóteles optó por la práctica y se apartó de las Ideas platónicas? Aristóteles, quien vivió la crisis moral yeconómica de la polis, a caballo entre una transición de producción y mercantilización.
La producción del hombre libre de la polis era sincronizada a la función social de la necesidad, de él y la sociedad. En una relación directa, el creador podía saber loque produjo, compró y vendió. Este sistema se desmoronó y surgió el predecesor delhombre privado, quien no reconoce las primeras materias, no puede descifrar elcódigo de barra de los productos, que le ofrece el mercado mercantil. La contingencia- realizo éste o aquello - le arrojó al peligro de calcular bien su elección, que exige unaestrategia y la elaboración de una habilidad práctica. Pues, estar dominado por lacosa, equivalía por el griego a convertirse en un esclavo de sus placeres.
Había, se vivía los deseos naturales, que se manifestaron en una abundancia, un más de placeres, que generaron la "inquietgía de excesos. Latemplanza era un ejercicio de conquistar una técnica, que pone el acento en el dominiosobre sí. En la dialéctica de fuerzas antagónicas, se problematizó moderar laintensidad de las prácticas sexuales, para suavizar la desesperación de unasuperpoblada fuente voluptuosa. Aristóteles diseñó como salvación, la justa medidade su Etica , el "término medio", en analogía de arreglar litigios sobre mercancías,según el modelo jurídico. En la "economía" libidinal, el término medio debió reducir losexcesos desinhibidos para restablecer el equilibrio de una necesidad natural.
Podríamos decir que para constituirse como sujeto moral, tuvieron que vivir su propiametáfora jurídica. Por falta de una red extensiva de instituciones, sería un disparatepensar, que hubo instituciones que podían cuestionar el deseo en sí mismo,constituirlo y juridizarlo.
Este hombre, según Aristóteles exclusivamente el "libre", en su disposición ética, más que teórico, es un hombre de la práxis y de la acción, más allá delconocimiento. Su inteligencia elige y actúa bien -Lacan diría, dice bien las cosas -cuando sopesa su bien, su deseo en cada circunstancia concreta, la cosa justa en elmomento y lugar justo, aplicando la justa medida. A cada uno lo suyo, en términosaristotélicos: tantos hombres, tantos bienes. Rige un espacio- y tiempo estructural del 14 M. Foucault, Historia de la Sexualidad, tomo 2, S.XXI, Madrid, 1999, La cuestión: “con quéfuerza nos dejamos llevar por los placeres y deseos” (p.42), “era objeto de inquietudmoral”.(p.48) 15 Aristóteles, Etica a Nicómaco, Ed. Dossat, Madrid, 2001 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 "ahora y aquí" del existente, en una ontología de la actualidad. La medida radica en "loigual", que "es un término medio entre el exceso y el defecto." Como el sustrato del término medio, pensando en Lacan, la práctica de la palabra del significante, sirve para algo o alguien. Como ser social, aún no como serdel deseo, el hombre ético tiene su justa proporción de "lo igual" en los intercambiosde las cosas: mal por mal, bien por bien, en una justicia de la reciprocidad. Es la leyde la oferta y de la demanda."De no ser posible esta reciprocidad, no surgiría ningunaasociación", y añade que es la demanda, la necesidad, que mantiene todo reunido.
Para saldar una desigualdad, el juez restablece el equilibrio (cuantitativo) del puntomedio: "tener lo mismo antes y después" Aristóteles, estando bien consciente de igualar trabajos inconmensurables, reconoce la pérdida de trabajos y valores olvidados, pero él lo consideraimprescindible. Ofrece al juez el mediador de la moneda, para establecer el equilibrio.
"La moneda se ha convertido en una especie de sustituto de la necesidad por unaconvención". La justicia correctiva se corresponde más a una convención de lohabitual, donde se paraliza solamente caso por caso los posibles signos. El bien en sujusta medida se ajusta al término medio del bien común. Aquí el interés del sujeto y delorden público se confunden en una colaboración mutua. Habrá que suprimir algunosvalores en la ecuación. Una hipótesis de un transitorio signo de presencia, puedecorregir ágilmente una ley universal, que conviene a todos.
Espacio estructural: la suma positiva de las experiencias particulares (causa genérica) - los modi vivendi - de los hombres privados, en sus interacciones, conduciráa la generalización. Tiempo estructural: la experiencia general, formada comodiacrónica acumulación de acontecimientos / anécdotas individuales. Los hábitoslogrados, dice Aristóteles, forman la segunda naturaleza y retroalimentan ladisposición ética.
La fe en este convenio del punto medio, presupone un negociante, quien sabe contenerse en su forma de entrega: ni demasiado más - ni demasiado menos. Es unhombre interesado, que debería calcular bien, por que en el campo de las faltas ydeseos imparables, no hay suficiente para todos. Porque el a-priori de la demandagenera una cadena infinita, en la cual "todas las cosas las elegimos por causa de otra,pues ésta es el fin de las demás." Sin unidad de medida, el hombre independiente daría rienda suelta a su libre albedrío y así las cosas estarían meramente a la merced del azar. Pero un azar naturalno tiene límites y para pisar en firme, el término medio pone límite al bien concreto yexige una reducción de las posibilidades. Individuo y orden público se fundan y serepresentan recíprocamente en un natural sentido común como su principio deseguridad. Se realiza y se clasifica su bien en lo existente, en la sincrónica facticidadde tal están las cosas. Atenerse a las posibilidades reales, significa contraer un pactocon la continuidad de los hechos, ¿"un Bien Supremo" oculto? Así habrá de inscribirseen la historia del poder.
Los disonantes del malo y del feo, excluidos y exiliados de este escenario histórico, desaparecen en la categoría lógica : no-relación. La demanda y el puntomedio apuntan a una filosofía de la escasez, del poder. Está en juego una igualdad yuna reciprocidad, que "no ha de reducirse a una especie de producción cuando haya Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 realizado el intercambio (en ese caso, un extremo tendría los dos excesos), sinocuando todavía cada uno tiene lo suyo." El secreto misterioso del “hecho” social o de la convención - la repetición de una consumada desigualdad - queda de pie, debido a una mantenida separación deproducción / acción, conocimiento / ética y amor / deseo. Con respecto a nuestro tema,pe. historias del amor –como mercancía- se reducen a una filosofía y veneración delazar. Casualmente puede ser cualquiera. Se optimiza el medio-conocimiento de lomás probable para alzar, a tiempo, en el tiempo, el botín.
Del sustantivo “acontecimiento” al verbo “acontecer”
Confieso, que el concepto del cuerpo que goza por el medio que sea, amplió considerablemente el número de los afectados patológicos. Ya Nietsche sabía que "lalocura es algo excepcional en los individuos, pero la regla en grupos, partidos, pueblosy épocas". El cambio del sistema binario (la disyunción de un cuerpo muerto y sujeto,puro efecto del significante) en la unión en el "hecho" de un cuerpo hablante por lalengua, rinde para la práctica analítica. Flexibiliza más la economía libidinal, para quelas faltas encuentren más rápidamente un nuevo punto de equilibrio. Miller: "Nosdamos cuenta de ello por el psicoanálisis y más aún desde que se hacen sesionesmás cortas".
Puede ser, que un término medio "en sí" sirva para moderar los trastornos de una enfermedad de un historial individual. Hay equilibrio y reciprocidad, aunquevunerables, entre un "déficit" aceptable y el poder del término medio. Pero, las altastensiones de los excesos en una permanente crisis general, amenazan con un deslizhacia un término medio incontrolable.
Excluir el rostro del objeto del amor en sí –irrespetuosamente dicho, su producción-, refuerza la disponibilidad a la frialdad de la indiferencia. Si, a la inversa setrataría del amor como objeto - por la cosa misma, en la forma de su aparición, de susintrínsecas cualidades, habría abundancia. Un extremo con dos excesos. Justamentela elaboración de la tensión en la producción de los extremos, ejemplarizaría laposibilidad de la convivencia de opuestos, en la totalidad. No presupone los elementosexistentes / "hechos" como punto de partida, sino indagar la dialéctica de la verdad delo general en la unicidad de cada objeto particular, como posibilidad. De este modoestaríamos más cerca a las Ideas de Platón y aún más de Benjamin: "así se da vida alas ideas, donde los extremos se reúnen en torno de ellas". Porque para Benjamin logeneral es la idea. Cuando concibe el lenguaje como el ser de las ideas, éstas no seregalan, no se representan "an sich" a la contemplación por el estilo platónico.
Únicamente se representan como configuración de elementos materialistas (Dinglich)en un concepto (Begriff).
Por consiguiente para Benjamin, el origen no se da como una pura categoría lógica, sino se construye en la fluidez empírica del devenir histórico. Desplaza unconvenio del poder, por uno de la Utopía. Reserva el lugar, donde aún no estamos.
Conlleva el riesgo de una entrega desinteresada. Pero falta la garantía del sendero 22 F. Nietsche, Jenseits von Gut und Böse (Más allá del Bien y del Mal), W. Goldmann Verlag,Band 7530, Germany, aforismo 156 24 W. Benjamin, Ursprung des deutschen Trauerspiels (Origen de la Tragedia alemana),Suhrkamp Verlag Frankfurt am Main, 1982, Erkenntniskritische Vorrede, que se deja traducirdifícilmente en “Prolegómeno crítico del conocimiento”, porque el Antes (Vor-), indica algo queprecede a la Razón (Rede), pg.17 “so treten die Ideen ins Leben erst, wo die Extreme sich umsie versammeln”.
Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 trillado, hacia el punto medio. Se abre paso a un abanico de todas eventualesposibilidades, para que los desahuciados de un lugar, sí, puedan escribir su relaciónen el verbo "encontrar lugar". Ya no son imprescindibles los Triunfos triviales yterrestres para los oriundos de lugares, de cuyos nombres no quieren acordarse. Sí,hay Otro, pero habrá que repensar y transvalorar el lugar en el Otro. El sufrimiento delos valores y trabajos olvidados, nunca verán la luz del secreto de su nombre, siatribuimos la historia a estáticos acontecimientos o "hechos" de la palabra. Laconvención del "hecho" de la palabra es la necesidad de una apariencia, laconstrucción de un mito. En una metafísica vulgar se separa abstractamente de logeneral, para arrullarnos con una idiosincrasia del aislado "ya está" (arrojado) del azar.
Retorno al trabajo en la imagen
¿Es imprescindible plantearse la imagen o el imaginario como fetiche / fijación en una imagen posesiva, que el sujeto "tiene o hace de algo"? Como si sólo existierala imagen-módelica del niño, que suplica que le devolvamos su osito arrebatado, parasuperar y sustituir una traumática ausencia por una ruptura. Y ¿no como movimiento?,tan sustancial para una imagen. Con respecto a los cuadros clínicos, J.Broekman sepregunta "¿es una imagen de la enfermedad una reproducción de algo que ya existemás allá de nuestro conocimiento y ciencia? ¿O una imagen de la enfermedad es unaconstrucción dentro de nuestro patrón de conocimiento? La relevancia ética y laresponsabilidad social reciben un carácter diferente dependiendo de la manera en quese dé respuesta a esta pregunta esencial". Cabría esperar, que él responde, que elconocimiento nunca está libre de valores en nuestra vida comunitaria. Que imágenesde la enfermedad, como cualquier imagen, son imágenes representadas y creadas porvalores y normas sociales y culturales. En cuanto al diagnóstico-analítico, me parecepertinente que opina, que "dicha determinación es una actividad epistemológica y decontenido científico general, en la que se activa una gran cantidad de conocimiento"Pues bien, ¿cuánta verdad el psicoanalista, por sí mismo puede soportar? No hay sujeto fuera del lenguaje, cierto, pero este ya está en una forma producida por fuerzas social-históricas. La "astucia de la conciencia" no marca a unindividuo, afectado de inconsciente. El que "hay" una forma de existencia yconvivencia, si quiere inconsciente, constituye el ardid de una auto-imágen fetichista yreproducimos el Otro del Otro. Me impulsa a una búsqueda del sueño favorito delsujeto, para que me devuelvan mí identidad en la promesa-fantasmática de unintercambio ideal."Hay", la fe de representarse en esta necesidad social. La formamoderna de vivir se ha arraigado tan visceralmente en una forma institucionalizada -¿un más en cultura?- , que la escasez en sí misma, se constituyó en un aceptadoorden natural.
El término medio aristotélico funcionó como un operador, para servir a una sabiduría práctica. La elección ética se manifestó por la fluidez entre un más y unmenos, apoderándose de la técnica de un tensor individual. Este fluido punto medionatural se tornó para todos nosotros en un punto geométrico de un código natural. Sesanciona el justo deseo, que se integra en un trueque homogéneo. La preocupaciónpor un dominio de sí, cedió el sitio a un dominio del bien común. Aristóteles reconocióeste interés. Nosotros lo averiguamos solamente durante una crisis social, queamenaza las instituciones democráticas. Existe lo real de una angustia en lasobreactuación sintomática por recuperar la fantasmática identidad. Un onanismo enlos últimos rincones de un sujeto-sobrevalorado.
25 J. Broekman, Bioética con rasgos jurídicos, Ed. Dilex, Madrid, 1998, pg. 111 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 Al contrario, el mero "hecho de palabra" se hace sólo histórico, en tanto que hable un sujeto. Es la cañita mágica, que funda inmediatamente la dialéctica con laCosa, como elemento mediador, el mío, en forma hipostasiada. El juicio existencial del"hecho" sigue siendo el postulado de un a-priori juicio sintético. Se aparta de lasexperiencias de la vida, que hacen girar o desorientarse al mundo. Este Ser del"hecho" es amorfo, se repite a sí mismo y sabemos que no hay goce nostálgico másgrande del origen, que el puro planear cósmico. El salto a la Cosa - que no se toque -es la Idea permanente de, que no hay pérdida en la simetría.
¿Cada uno su espejo?
Seamos distintos y claros: la irrealidad imaginaria (de la ruptura), aunque fuera impostura, pertenece a la realidad de un espectro completo de la capacidad humana.
La imagen, de momento no debemos colocar su realidad "entre paréntesis". Ya no hayel reflejo del espejo narcisista de la ur-soledad, sino que nos reflejamos en el espejodel mundo, del Otro. En el Otro sui generis, sea cual fuere su concepto, se hacenecesario articular, por cuenta mía, mí historia, mí futuro y mí destino como mídemanda en la demanda del Otro.
Alabado sea el adagio freudiano "donde estaba Ello, debo "advenir" yo".
Erradique el Otro, reconozca que yo y el Otro somos absolutamente distintos, cadauno su historia, su identidad. El querer realizar "algo" del sujeto y la angustia de caeren la Identidad del idealismo especulativo, azuza el teórico lacaniano haciaescaramuzas acrobáticas. Incesantemente confirma que el sujeto se retrocede, que esinsignificante, nada (el heideggerriano “Nichtigkeit” des Daseins), accidenteprovisional, negatividad e indeterminable. A lo sumo, acá un yo con la mirada haciaadelante (¿y qué ocurre de lado?), que exterioriza "algo" de su falta inconsciente, queconsiga existencia. La contraseña: existencia, una aplicación del principio deverificación del habla de la existencia. Allá la cuestión cerrada de la intimidadinarticulable de un vacío, un blanco, un resto.
Si nos ponemos en el espejo del Otro, "hay" un Nosotros, que nos apela con su demanda. Justamente se presenta la necesidad de sacar el resto "negro" de suescondite, de articular- y actualizarlo, sin petrificarlo. Este resto de identidad de losfenómenos, es lo que se retrocede, pero alberga nuestra extrañeza. Una inquietudrecurrente para los llamados filósofos de Frankfurter Schule, es que la falta no es mía,no es la falta de un objeto perdido, sino una falta que padece el Otro, nuestra forma deser. La falta de fundar identidad entre lo particular y lo general, que se tocan, es lotrágico. La imposibilidad de reconciliar la tensión entre estos extremos bajo laidentidad, es lo trágico. Asumir y no ocultar esta dialéctica, sigue siendo identificar.
Pero, pensando con Adorno, la identidad tiene lugar bajo la no-identidad: "Ladiscrepancia es lo no-idéntico bajo la vertiente de Identidad". Hablandogeométricamente, el momento en el cual las líneas de los extremos se aproximen a lomáximo, sin converger, es efímero. "El proceso del conocimiento, que tiene queacercarse por asíntota a la Cosa trascendente, la empuje hacia delante, por decirloasí, y la aleja de la conciencia".
El poeta Ponge tituló un poema "En nombre de las Cosas", porque se dio cuenta de lo insuficiente del lenguaje como "hecho" de la "enunciación" del sujetohablante, que mantiene su carácter descriptivo y explicativo de la palabra. Encerradocomo está en la estructura argumentativa del saber discursivo. Más que el 27 Th. Adorno, Negative Dialektik (Dialéctica Negativa), Suhrkamp Verlag Frankfurt am Main,1973, pg. 17 “Der Widerspruch ist das Nichtidentische unter dem Aspekt der Identität”.
28 Idem., pg. 398: “ Der Erkenntnisprozess, der dem transzendenten Ding asymptotisch sichannähern soll, schiebt es sich gleichsam vor sich her und entfernt es von dem Bewusstsein”.
Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 psicoanalista, el poeta es el verdadero trapero-coleccionista de los des-echos delsilencio y en caso de faltarnos expresiones en el acto, es nuestro hacedor “y”pensador “in dürftiger Zeit”-en tiempo menesteroso. Es una cuestión del estilo deexpresión y de articulación.
Según Benjamin, "articular históricamente el pasado, no quiere decir, reconocerlo "como era verdaderamente de hecho. Quiere decir, apoderarse de unrecuerdo, como relampaguea en un momento de peligro". Se representa el aparecerde "algo" en su aura como un "acontecer" de un flash Es preciso la lectura de "lo queno está escrito" en una constelación de imágenes, en la plenitud de una presencia.
La forma precede al acto. Al contrario del fundamento en la plenitud de unaenunciación dada y escrita. Aquí, el sujeto es expresado "por" y "a través" dellenguaje, en la contingencia y arbitrariedad de posibles sentidos y significados. En estecaso, muy al estilo benjaminiano, Foucault dice, que "el acontecer mismo deDarstellung (mimésis, representación) no se alcanza en su necesidad. Foucault yBenjamin coinciden que somos acogidos en un "acontecer" en la dialéctica de laexpresión, del valor de una imágen supraindividual. La existencia, el "buscador" deimágenes encuentra algo de su auto-interpretación como un "acontecer" en un devenirhistórico.
No es un "werden", traducido generalmente (no sin compromiso) por "advenir", como llegar a encontrar el lugar del saber, que se busca. En la topología lacaniana,esperemos que el analizante vislumbre y localice su hamaca fantasmática. Endescubrir el lugar vacío, encontrará al final que "el goce es fundamentalmente Uno, esdecir que prescinde del Otro". En un logrado momento subjetivo del deseo de saberde su propia posición, se evoluciona como un sujeto nuevo, desde cero, un punto cerode experiencia. No cesa de escribirse su autodeterminación y, ahora sin el Otro y sin lanecesidad de una estructura, puede indefinidamente instrumentar el wittgensteiniano"el sentido es en el uso". La "fructífera" verificación de la inexistencia del Otro en elatravesamiento del fantasma, reduce y fortifica lo real independiente de su ventanamonádica. El analizante puede cambiar mil veces su saber hasta encontrar su deseo,quedando justificado el deshacerse del Otro.
Deseo del analista
Si hay creencia en el inconsciente individual, este acabar con ser el Arlequín del Otro, también va por el analista (o él en formación), quien desveló un rasgo de suobjeto-a y puso el saber en el lugar de la verdad, en un análisis de años. También él,intentó localizar el deseo de su individual crónica traumática de su existencia yarticular los significantes particulares de su vida pulsional. Para seguir su propiocamino, también esperó cortar la continuidad del Otro, el Otro de sus avatares 29 W. Benjamin, Zur Kritik der Gewalt und andere Aufsätze (Hacia una Crítica de la Violencia yotros Ensayos), Ed. Suhrkamp Verlag Frankfurt am Main, 1965, GeschichtsphilosophischeThesen (Tesis histórico-filosóficas, tesis nº 6, pg. 81 “Vergangenes historisch artikulieren heisstnicht, es erkennen “wie es denn eigentlich gewesen ist”. Es heisst, sich einer Erinnerungbemächtigen, wie es im Augenblick einer Gefahr aufblitzt”.
30 Las tesis histórico-filosóficas sobre la historia de Benjamin fueron analizadas por el profesorJ. Broekman en sus apuntes (desgraciadamente inéditos) de un Seminario y clases impartidasen 1980, en el Instituto Superior de Filosofía de la Universidad de Lovaina (Bélgica). En estosapuntes menciona, que Benjamin cita a H. V. Hoffmansthal: “ha de leer lo que nunca fueescrito”.
31 J.A. Miller, Freudiana nº 29, p.p. 46-47 32 Informe sobre el pase, Freudiana nº 20, 1997, p.p. 7-40 Daniel Cena, Neutralidad y deseo del analista, Freudiana nº 7, p.p. 51-57 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 particulares. Después o al mismo tiempo, puede pedir una entrada por el "pase" conun pasador, para eventualmente ser recomendado y nombrado por un cartel depasadores, como A(nalista) E(scuela), hasta llegar a la flor y nata de la EscuelaLacaniana, donde se enclava la cúspide máxima. Funciona para demostrar queefectivamente se hizo responsable de las consecuencias por el crepúsculo de la caídadel Otro, por haber rematado rotundamente en “barrar” al Otro. Al separarse elanalista de su imaginario, neutralizó su deseo en el discurso del Otro, pe. su objeto degoce -¿Padre Lacan- hago un jacques-ulatorio, si es que le interpreto bien? El Otro,como acontecimiento de su peripecia azarosa. Me parece, que con el pase trata dealcanzar el objetivo de optimizar la garantía de una neutralidad analítica. Para que elanalista en relación con el analizante, se sienta afianzado como un significanteindefinido, descargado, libre de las normas e ideales vigentes. Un analista, que asumela responsabilidad de operar como un semblante neutro, para dificultar al analizante enuna transferencia, una posible identificación con su correspondiente significante o sucorrespondiente ideal / ídolo imaginario, con todos los riesgos que entraña. Que elanalista enseñe al analizante el panel "Todas direcciones" y Freud dijo, no mostrarse,como en un espejo más que aquello, que le es mostrado.
Pero, ¿el analista, no se da cuenta de que al analizante, los modos de masculinidad (ser hombre), de feminidad del analista (ser mujer), se presentantambién como portador de un posible signo cultural, que trasciende cualquier signo deun discurso-relato individual? Hay la creencia condicional, de que la existenciaindividual se encuentra integrada en el elemento común de una narrativa socio-cultural. Formas narrativas de ser, que se depositan en una imagen, lugar donde seefectúa una posible constitución del analizante. En este lugar, él puede vivirclaramente, en un momento fugaz, la libertad de una decisiva experiencia, imaginaria ytrascendente. Se asienta la posible discontinuidad en detener un discurso oprimido delOtro. Se muestra, que no es imprescindible que "werden" informa sobre una ocupaciónde un lugar, donde era Ello. "Werden" podría remitir a la articulación de un posibledevenir como anunciación del futuro, en un lugar indefinido, una aún a-topía. No hayningún momento en el que el analista aparece al analizante solamente como unsignificante neutro e inocente. Como interlocutor, siempre forma parte de unapresencia, de una estructura narrativa, que se retrocede.
Qué humilde nos parece ahora la presunción nietscheana y su habitual estilo corrosivo de filosofar con el martillo, cuando escribió: "Cuando hablamos de losgriegos, involuntariamente al mismo tiempo hablamos de hoy y ayer. Su archiconocidahistoria es un espejo blanco, que siempre refleja algo, que no está en el espejomismo" Desplazamiento del acto de hablar a la forma de expresión
Pues bien, cambia la perspectiva lacaniana de una causa del sujeto, que "lleva en sí el gusano de la causa que lo hiende". Antes de una unión de dos en Uno - yo y"hecho"-, somos la lengua, que nos acompaña como la huella mucosa del gusano, quedesaparece y la fuerza portadora de la Palabra permanece como huella, en elrecuerdo. En la infinitud del movimiento de la estela, experimentamos la crónica denuestra historia, la forma de pensar, el destino, objeto, mediación, fantasma y lapotencia de la contingencia, al mismo tiempo en una imagen. La imagen como forma 33 Fr. Nietsche, Menschliches, Al zumenschliches (Humano,Demasiado-humano), A. KrönerVerlag Stuttgart, 1978, p. 101, nº 218: “Wenn wir von den Griechen reden, reden wirunwillkürlich zugleich von heute und gestern. Ihre al bekannte Geschichte ist ein blankerSpiegel, der immer etwas widerstrahlt, das nicht im Spiegel selbst ist”.
34 J. Lacan, Posición del Inconsciente, Escr.II, op.cit., pg. 814 Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 específica de existir, con su propia morfología, gramática y sintáxis. Lo anteriorentraña para Foucault pe. el reconocimiento del sueño "como forma específica de laexperiencia". El sueño no es concebido como medio y escalón a la metáfora, comosustitución y redoblamiento. Tanto el psicópata como nosotros estamos afectados porla angustia de la letra. Angustia de incurrir en la psicótica identidad, que deja explotarla distancia entre objeto y letra. Por el interés propio del equilibrio, no poco menos queel psicópata nos distanciamos de la cosa. En el encuentro fortuito presentamos la cosaal antojo, por la metáfora en el juego del signo general.
Como la Cosa misma es ocultada por el poder nominal de la palabra, el equilibrista es articulado por el ardid de las normas y reglas de las instituciones. Undescentrado nudo institucional, como actual discurso del amo, que aparece como unafigura decorativa. Una joya discursiva - el" agalma" del concepto -,que se defiende y sepule en la intimidad corporativista. ¿Esto es el objeto-a del inconsciente del analista,maravillosamente escondido? No hace falta elegir entre trágico o cómico, esindistintamente trágicómico. Más bien que metaforizar las letras y los signos (sentido ysignificado), vivimos "el mundo de la expresión" en su literalidad. Se libera de unaestructura del habla y de la angustia por la palabra. Foucault lo dice de esta manera:"La razón es cogida por su Palabra".
Sobre todo el poeta está familiarizado con la construcción de imágenes, que tiene su envergadura en similitudes y correspondencias con un mundo, que al sujeto lees más propio: luz / oscuridad, bajar / subir, cercanía / lejanía, etc. En este cambio derumbo, el sujeto primeramente participa en el mundo y se alimenta de éste. Noprecede el sujeto, que sufre en el tiempo de su primera persona gramatical. El sujetoque sufre, experimenta el dolor de una experiencia asentada, que habrá que volver arepetir, representar, darstellen como un "acontecer".
Broekman subraya acertadamente la importancia de la mimésis: "La mimésis es, entonces, un sector determinado de la historia, tal vez una anamnesis delacontecer en la historia. El tiempo prehistórico oculta el recuerdo del mundo histórico yla realidad que hemos llegado a ser y que somos. El mito, el sueño y otras unidadesnarrativas contendrían puertas de acceso a un pasado que a cada momento nos llevahacia su futuro"á que recurrir este espacio mnémico –del material productor-,para repetir el ritual de lo Concreto como "materia prima", para salvar en un momentocrítico la unicidad (del otro del Otro), en el pasado, ahora y futuro.
En la ósmosis del encuentro instantáneo, donde "sujeto en verdad nunca es todo sujeto, objeto nunca todo objeto", se manifiesta, según Adorno, un "más" ensujeto. A condición de que se produzca la propuesta epistemológica: "A través de latransición a la precedencia del Objeto, la dialéctica se vuelve materialista" 35 L. Binswanger / M. Foucault, Traum und Existenz (Sueño y Existencia), Verlag Gachnang &Springer, Bern, 1992. En el Prolegómeno pg. 31, Foucault dice de Freud con respecto al sueño:”aber als spezifische Form der Erfahrung hat er ihn nicht begriffen”-“pero no lo ha entendidocomo forma específica de la experiencia”.
36 Idem., pg. 16: ”Der Sinn erschliesst sich ihr nicht in der Anerkennung einerSprachstruktur;vielmehr muss sie ihn aus einer beim Wort genommenen Rede herausarbeiten,ableiten, erraten”. La traducción de “Sinn” hacia el psicoanálisis lacaniano resulta problemático,teniendo en cuenta la distinción entre “Sinn” y “Bedeutung”. (Véase pe. J. Miller, SeminarioBarcelona, Freudiana nº 19, 1997, pg. 23). Propongo la siguiente traducción: ”Al psicoanálisis,el sentido no se desprende (no se desvela) en el reconocimiento de una estructura del habla;sino antes bien tiene que liberar-, derivar-, adivinarlo de una Razón (el hablar / la expresión delsueño en sí), cogida por su Palabra”.
37 J. Broekman, Bioética con rasgos jurídicos, , op.cit., pg. 122 38 Th. Adorno, Negative Dialektik , op.cit., pg. 177: “Subjekt ist in Wahrheit nie ganz Subjekt,Objekt nie ganz Objekt”.
39 Idem., pg. 193: “Durch den Übergang zum Vorrang des Objekts wird Dialektik materialistisch”.
Lacan y el Otro. Benjamín Hoezen Polack A Parte Rei 21 cambio, el sujeto trascendental se encamina solamente hacia el Otro, con la finalidadde pasarlo, excluyendo su engorrosa ambivalencia. El no se considera comodepositario ético de una estructura social, sino que se atestigua de sí mismo yadquiere su "epistéme" singular. Sin embargo, si quiere liberar la verdad (Wahrheit)particular, hágalo en el re-conocimiento de un espacio plural epistemológico de un“Wirheit” (un Nosotros).
Con Freud solemos otorgar amplio sentido a los actos fallidos. Un lapsus revela la intención de alejar del recuerdo sucesos desagradables. En su acto de"enunciación", se coge en flagrante al paciente en la falsa transacción entre tensionesinteriores. El mismo tiene que percibir su fuga psíquica, para que se restablezca de suolvido traumático.
Para realizar algo de las tensiones de una "expresión", el compositor Glenn Gould puso su esperanza en un "well-tempered listener" (un oído bien-afinado) paralas fugas de Bach. Más que la necesidad de una técnica del habla, es preciso unatécnica de saber escuchar para captar los momentos fugaces de una fuga.
Agradecimientos:
Quiero manifestar mi agradecimiento a mi amigo-interlocutor Paco Lima por sussugerencias, que elaboré en el texto y por corregir la redacción (como neerlandófonoescribí en español). 40 “Wirheit”: para L. Binswanger, un concepto fundamental con respecto al amor, en su libro“Grundformen und Erkenntnis menschlichen Daseins”, Max Niehans Verlag Zürich, 1942.

Source: http://www.merzbach.de/VoortrekkingUtopia/Datos/texto/Lacan_Otro.pdf

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