Microsoft word - discurso de jose federico.doc

Palabras pronunciadas por Don José Federico de Carvajal Pérez, Patrono de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Nos encontramos ante una nueva edición del Premio a la Convivencia de Miguel Ángel Blanco, instituido por la Fundación Miguel Ángel Blanco creada a raíz del vil asesinato que lugar el 12 de julio de 1997. Ese asesinato, por la crueldad despiadada que representa, sobrecogió a toda España. No recuerdo quién, la memoria falla con los años, quizá Lamartine, dijo: “Libertad, libertad cuántos crímenes se cometen en tu nombre” y hombres que recaban luchar por la libertad del pueblo vasco comienzan por negar toda libertad, suprimiendo la primera de todas las libertades: la libertad de vivir, el derecho a la vida que tiene todo hombre. Y en nombre de la libertad se cometió aquel horrendo crimen y los que le precedieron y los que le siguieron, y en nombre de la libertad se intenta aterrorizar a todo un pueblo. Mayor desviación de la mente humana no cabe. Por eso la Fundación Miguel Ángel Blanco instituyó este premio, para reconocer el mérito de hombres e instituciones que se han significado en la lucha por la libertad. La libertad que trae la vida, la libertad de repudiar al asesino aleve, la liberta que hoy día es clamor contra aquellos que no tienen otra ideología, vieja ideología fascista, que la dialéctica de las pistolas. Quien primero recibió este premio fueron las televisiones españolas por la actuación que tuvieron, haciéndose eco unánime del indignado clamor popular, el día luctuoso en que fue asesinado aquel joven lleno de vida y esperanza que se llamó Miguel Ángel Blanco. Desde entonces muchas personalidades, todas ellas comprometidas y significadas en la lucha por la convivencia entre los españoles, la libertad y la paz lo han recibido. Entre ellas he de destacar a Adolfo Suárez, que tanto hizo por esa convivencia que tan significado papel tuvo en el renacer de la democracia en España. Hoy entregamos este premio a José María Calleja, profesor de periodismo en la Universidad Carlos III, comprometido seriamente en la lucha por la libertad, la paz y la convivencia. En todas partes su voz se ha dejado oír clamando contra el terrorismo y en defensa de los Derechos Humanos. Desde CNN+, en el debate que a diario realiza esta cadena, desde el programa “Protagonistas”, desde la cadena Cambio 16, desde el diario el País, desde Euskal Telebista, en sus escritos, en sus ensayos, en sus libros. En botón de nuestra citaremos sus libros: “Contra la barbarie”, “Un alegato a favor de las víctimas de ETA”, “la diáspora vasca” y “La historia de los condenados a irse de Euskadi por culpa del terrorismo de ETA”. Todo ello le hizo acreedor del premio “Libertades” otorgado por la sociedad Bilbaína “El Sitio”, por su lucha a favor de los derechos humanos en el País Vasco,y el premio”Maite Torrano” por su trabajo a favor de las victimas del terrorismo. También le ha obligado a vivir bajo protección policial. Hoy, la Fundación Miguel Ángel Blanco le concede un premio más como muestra de nuestro agradecimiento por su lucha diaria a favor del inocente. Dice Camus en el prologo del “El hombre rebelde” que si hay algo que no puedo soportar el es al sufrimiento del inocente. Todas las victimas del terrorismo son inocentes, pero entre ellas, inocentes de toda inocencia, están los niños que no tienen más que la risa y el llanto y que no volverán a dar la patada a la pelota, a jugar con otros niños, pues han desaparecido a causa de la barbarie ¡Y ello, en el lenguaje de los terroristas de todo el mundo, se llaman “daños colaterales”!. Contra todo esto hay que luchar unidos, sin distinción de credos, para que no se produzcan los “daños colaterales”. Por esta lucha que tan duramente lleva José María Calleja, la Fundación Miguel Ángel Blanco tiene el honor de concederle el premio que lleva el nombre de aquella victima del terrorismo, que si en algo se distinguió fue en su deseo de convivencia. La Fundación Pro Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco tiene como fin primordial conseguir que el miedo, la intimidación, la extorsión, el vandalismo y el asesinato por supuestas motivaciones políticas, dejen de formar parte del paisaje cotidiano. La Fundación trabaja para crear una cultura de la tolerancia, basada en el respeto ideológico y la construcción de una convivencia democrática, donde el sectarismo, el fanatismo y la vulneración de los derechos humanos fundamentales sean desterrados. Las fundaciones y las asociaciones de victimas del terrorismo son la memoria viva de las atrocidades cometidas y el recuerdo permanente de los que ya no se pueden defender, porque les arrebataron la vida. El testimonio que pone acara y nombre a todos los crímenes terroristas pasados y presentes, que denuncia la injusticia absoluta también de los futuros. Queremos contribuir a mitigar el dolor, a construir una sociedad sin miedo, a denunciar y evidenciar todos los abusos terroristas contra la dignidad humana, porque sin la desaparición de todas estas lacras no podemos ser una sociedad libre. Hemos creado una sociedad en la que hemos intentado desterrar el uso de la fuerza para convencer. Somos una monarquía parlamentaria y todos sabemos que Parlamento viene de palabra y para vencer hemos de usar la palabra. Y si con el uso de la palabra vencemos al contrario, ello no es vencer, sino convencer, que es “vencer junto al contrario”, “vencer todos juntos”. Por ello hemos de poner todos los medios a nuestro alcance, todos los que nos proporciona el Estado de Derecho, para intentar conseguir la desaparición de esa lacra que no solo es nacional, sino universal, que se llama terrorismo. Para conseguirlo intentamos multiplicar nuestra actividad. Hemos dado cursos universitarios en la Universidad Carlos III y en la Rey Juan Carlos sobre el terrorismo y sus victimas. Hemos montado una exposición que a mí, cuando la visité, me dejó sobrecogido, que se llama en “Pie de foto, cien miradas desde el dolor, el terrorismo, crimen contra la humanidad”, que está recorriendo España, y hemos creado una archivo histórico de las victimas del terrorismo, recopilación de los testimonios de victimas. Dijo homo sum, nihil humani ame alienum puto, (“hombre soy, nada humano a mí estimo extraño”). Un ilustre vasco, a quien le dolía España, D. Miguel de Unamuno, el ingenioso hidalgo D. Miguel de Unamuno, que en la Universidad de Salamanca se alzó indignado, con riesgo de su vida, contra el grito de “Viva la muerte” que pronunció el General Millán Astral, en el principio de “El sentimiento trágico de la vida”, corrige al cómico latino y dice homo sum, nullum ominem ame alienum puto (“hombre soy, ningún hombre a mi estimo extraño”). Ello quiere decir de solidaridad entre todos los hombres. El daño que sufre el prójimo en su carne es como si lo sufriéramos todos en nuestra propia carne. Yo por eso recabo en nombre de esa solidaridad que distingue al hombre de la bestia, de esa solidaridad que nos hace sentir el dolor de los demás como si fuera nuestro, de esa solidaridad que ha sido el fundamento de la convivencia entre los hombres y que hoy ha conseguido para nosotros, habitantes del Viejo Continente, al creación de la Unión Europea, y con ello la libertad y la paz, a que unidos todos, continuemos la lucha contra el terrorismo con todos los medios a nuestro alcance, en la lucha contra el terrorismo, que es la negación de toda libertad, a fin de conseguir de una vez lo que tantas veces he repetido a lo largo de estas palabras: la convivencia de todos los españoles en paz y en libertad.

Source: http://www.fmiguelangelblanco.es/archivos/pdf/discursoJoseFederico.pdf