Etica organizacional

ETICA ORGANIZACIONAL
Marcelo Briola (Universidad de Buenos Aires)
El individuo, la organización y la sociedad están altamente relacionados, el debate actual tiene
como finalidad el análisis de las ventajas y desventajas que se ponen de manifiesto en la
organización y su impacto en la sociedad.
Este trabajo refiere a la ética organizacional y será muestra con el inicio de un panorama
histórico del desarrollo del ser humano, de su comportamiento, de su hacer, apoyado en una
escala de valores que definirá su rol dándole la implicancia necesaria para su inserción en la
sociedad.

PANORAMA HISTORICO
La preocupación por el “deber ser” se remonta a los tiempos más remotos. En Egipto se han
encontrado manuscritos en los que se describe cómo se formaba a quienes ejercían
actividades de “dirección”, exhortándolos a ser veraces y honestos. El Antiguo Testamento
prohibe abusar del débil, condena el fraude y la usura, promueve el respeto a la propiedad
ajena. El Nuevo Testamento hace hincapié en el carácter instrumental del dinero y de los
negocios.
Durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, dos moralistas conocedores de la economía y
los negocios fueron Bernardino de Siena y Antonio de Florencia. Ya en el Siglo XVIII, Adam
Smith, en su obra La Teoría de los sentimientos morales, identifica el crecimiento de los
mercados y la división del trabajo con el progreso material de la sociedad, advirtiendo que
paralelamente éste puede aplacar el progreso moral, disminuyendo la solidaridad, la capacidad
de entender el sufrimiento ajeno.
A mediados del siglo XIX, los problemas morales creados por la Revolución Industrial
estimularon la profundización de la ética. El papa León XIII, en su Encíclica FERUM Novarum
(1891), aporta a la economía y a la actividad empresarial una perspectiva ética. De igual forma,
en 1899, Andrew Carnegie, publicó un libro llamado El evangelio de la riqueza. En él introdujo
el concepto de responsabilidad social de las empresas, sobre la base de dos principios
paternalistas: el principio de caridad y el principio de custodia, en alusión al papel que los
dueños de las empresas desempeñaban en la sociedad.
En Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, y en Estados Unidos a partir de los años
cincuenta y sesenta, comenzaron a desarrollarse movimientos a favor de las responsabilidades
sociales de las empresas.
Ya en los años setenta y ochenta convergían dos corrientes:
La visión clásica, cuyo defensor más representativo es Milton Fridman, Premio Nobel de
Economía en 1976. Esta postura sostiene que los gerentes son empleados que deben rendir
cuentas a los inversores y proteger sus intereses, a partir de la premisa de que la única
responsabilidad de la administración es maximizar los beneficios de los accionistas sin
engaños ni fraudes y en franca competencia.
La visión socioeconómica sostiene que la responsabilidad de la administración trasciende la
obtención de ganancias e incluye la protección y mejoramiento del bienestar social.
CONCEPTO DE ETICA E IMPACTO EN LA ORGANIZACION

La ética es una rama de la “filosofía moral”. Podemos definirla como: “La ciencia que estudia
las acciones humanas en cuanto son buenas o malas”. Se ocupa del debe ser1. Presenta un
conjunto de principios y normas que forjan el “modo” en que el ser humano será más virtuoso.
El hombre siempre actúa para obtener algún fin. La ética es la ciencia que le enseña cómo
debe actuar para conseguir ese fin.
Está comprobado que todos tenemos un conocimiento ético espontáneo y un conocimiento
ético racional
2. Mediante el primero hacemos valoraciones morales. El segundo surge cuando
el ser humano reflexiona sobre su experiencia moral para encontrar bases firmes, generando
un saber sistemático. En tal sentido, el hombre orienta su
1 Etkin J. (1993). La doble moral de las organizaciones: Los sistemas perversos y la corrupción nstitucionalizada. Etica
de las Organizaciones
(pp. 13-45). McGraw-Hill.
comportamiento hacia la búsqueda de la verdad acerca de lo que es bueno. La ética racional
busca profundizar la ética espontánea porque nos invita a reflexionar sobre la conducta de
cada uno de nosotros.
Conocer y comprender como tienen que ser los actos humanos rectos es el objeto de la ética,
que se puede definir con el proceso de comprensión de las acciones que tienden al bienestar
del hombre y al tipo de comportamiento y decisiones necesarias para lograrlo. La ética se
configura en la conjunción de principios y valores que determinan el actuar y el reaccionar de
una persona o un grupo.
Cómo y quién determina que un acto humano es bueno o malo? La libertad del hombre hace
de él un sujeto moral, cuyos actos son calificables moralmente como buenos o malos, según
sea: a) el objeto elegido, b) las circunstancias de la acción, y c) el fin buscado. Los actos
humanos, a diferencia de los actos del hombre como ser viviente, son aquellas acciones que se
realizan con pleno conocimiento y con libre voluntad. Sin embargo, la calificación de un acto
como moralmente bueno o malo no siempre es fácil y por ello surgen frecuentemente los
problemas o dilemas morales.
El hombre tiende naturalmente hacia lo que es bueno, considerando como tal toda acción que
promueve su bienestar físico y espiritual y la convivencia con sus semejantes ya que, por
esencia, es un ser social. Sin embargo, esa disposición del espíritu no alcanza su madurez
hasta tanto lo natural se complementa con la ecuación en el seno familiar al principio, en las
instituciones educativas y sociales más adelante. A medida que el hombre evoluciona física e
intelectualmente, también se desarrolla su habilidad para afrontar y resolver los dilemas
morales, así la práctica correcta de un buen hábito se incorpora a la persona como virtud.
Cuando una persona acepta un principio moral, cuando es parte integral de su código de
conducta, entonces es natural que esa persona crea que es importante y bien justificado.
Cualquier virtud, implica necesariamente la libertad, racionalidad y voluntariedad del sujeto que
la posee. A las virtudes naturales, prudencia, justicia y fortaleza, algunos pensadores
agregaron las virtudes de la ética empresarial como el “modo de manifestar con los propios
pensamientos, sentimientos y acciones los ideales y propósitos de la comunidad”, citando entre
otras la lealtad, el honor, la competencia, la justicia, el cuidado por los demás; en los negocios
son relevantes la integridad y el cumplimiento de la palabra empeñada.
Los juicios de valor expresan o implican la opinión de que algo es bueno o malo, correcto o
incorrecto, mejor o peor, que debía ser o que no debía ser. Indican la actitud de una persona
favorable o desfavorable a una situación determinada. Se caracterizan por su polaridad; para
cada valor se puede enunciar un disvalor (o un contravalor): belleza – fealdad; lo sagrado, lo
profano, la justicia – la injusticia. Cuando los valores inspiran o determinan la conducta
personal y son la base para la toma de decisiones de un sujeto, un grupo de personas o una
organización nos encontramos con los valores morales. El conjunto de valores morales que
son compartidos por un grupo de personas y que los distingue de otros grupos son parte de la
cultura de la organización, como también el lenguaje común, los hábitos de vida diaria y en
algunos casos la identidad demográfica y religiosa. Resulta así que el sistema de valores es un
conjunto de convicciones, compatibles y sustentables, estables en el tiempo, aceptables y
compartidos como base del actuar.
Dentro de la ética de los negocios, se necesita establecer un sistema de valores para la
organización, que respondan a las preguntas: ¿son buenos, honorables, éticos? ¿Están
fundados en principios generales? Luego se establecerán prioridades, que se sincronizarán
con los valores basados en los principios éticos universales de justicia y reciprocidad,
concordantes con el cuidado y sensibilidad hacia las personas.
Luego de lo descripto anteriormente ¿Por qué hablar de ética en el mundo de los negocios? La
finalidad de la empresa, por ser una comunidad de personas, no es solamente producir
utilidades, sino también promover el desarrollo integral del ser humano. Esto último consigue
mediante la práctica de conductas éticas por parte de las personas que componen la organización. Lo enunciado permite identificar, en una empresa, diferentes ámbitos éticos desde los cuales es posible analizar los mandatos morales: 2 Cardozo A.P., Braidot N.B., Genoud M.A. Gutierrez C. y Krause F. (2004). Administración Empresaria (4a ed). La ética y los negocios (pp. 69-134). Temas Grupo Editorial SRL La ética personal es entendida como las exigencias propias de cada persona, independientemente de cuál sea su trabajo en la organización La ética profesional, que deriva de la profesión o tarea desempeñada en la empresa (ingeniero, abogado, etc.), incluye la ética del directivo, ya que desde su función toma decisiones que condicionan las de otros; por ejemplo, cuando fija objetivos, establece políticas, genera estructuras. Ahora, qué debe hacer una organización para poder llevar adelante sus códigos de ética ?, Qué valor agregado aporta una organización al individuo y a la sociedad ? Cuáles son los problemas frecuentes que tanto Directivos como Gerentes encuentran para poder llevar adelante un proceso ético? Actualmente, muchos gerentes piensan que la ética es un tema de escrúpulos personales, restringido a ellos y su conciencia. Dichos ejecutivos están prontos a describir cualquier mal desempeño como un hecho aislado, el trabajo de un empleado deficiente. La idea de que su compañía pueda llegar a tener algún grado de responsabilidad por el desliz de dicho empleado ni siquiera pasa por su mente. En realidad, la ética tiene mucho que ver con la administración. Es muy raro que la característica de un solo individuo explique plenamente la cultura corporativa. Por el contrario, es más usual que las prácticas de negocios no éticos incluyan en forma tácita, si no explícita, la cooperación de terceros y reflejen los valores, actitudes, creencias, lenguaje y patrones de comportamiento que definen la cultura operacional de una organización. La ética es, en consecuencia, más un asunto de tipo organizacional que individual. Para generar un clima que motive un comportamiento ejemplar, las corporaciones requieren de una actitud que vaya más allá de la tradicional postura punitiva. Un enfoque basado en la integridad combina una preocupación por el cumplimiento de la ley con un énfasis en la responsabilidad gerencial por un comportamiento ético (debe estar definido en la organización). No obstante, las estrategias de integridad puedan variar en diseño y alcance, todas están impulsadas a definir los valores rectores, aspiraciones y patrones de pensamiento de una compañía. Cuando se integra esta estrategia en el día a día de una organización, se pueden prevenir daños por traspiés éticos, como inculcar al mismo tiempo impulsos humanos poderosos de pensamientos y acciones morales. De este modo, el marco ético deja de ser una limitación opresiva, transformándose en el carácter distintivo de una organización.

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y ETICA DE LAS ORGANIZACIONES

Las empresas se han convertido en un factor de cambio e influencia social3. Lo que las
compañías hacen o dejan de hacer afecta de manera significativa a su entorno y a su ámbito
más directo, sus propios empleados y trabajadores.
Altruismo o discrecional generosidad han sido dos formas de ver la responsabilidad social; sin
embargo, el significado de responder ante la sociedad no es solo filantropía o un acto de
caridad, sino cuestión de principios y compromisos como empresa y como empresarios.
La esencia de la empresa no es explotar, engañar o especular sino comprometerse con sus
objetivos económicos y sociales para lograr un elevado sentido de responsabilidad social y
humana. La responsabilidad social es lograr ambos propósitos y conjugarlos de manera
independiente. De acuerdo con la forma en que se interprete esta relación se manifestará una
diferente posición en cuanto a la responsabilidad social del negocio.
Los puntos críticos sobre la responsabilidad social son muy controvertidos y han originado prolongadas polémicas y, en ocasiones, reducidos resultados. Resolver estos puntos es tomar una posición como organización o asumir un compromiso social. Es frecuente que se afirme que si la empresa cumple con la ley, su compromiso está satisfecho. Las leyes marcan responsabilidades, entre otras las sociales, sin embargo, conviene aclarar que las leyes establecen condiciones que deben ser satisfechas antes de dar por cumplida su responsabilidad social. En la legislación, dos ámbitos se destacan de manera especial: el trabajo y el ambiente. El trabajo como 3 Cialdini R. B., Petrova P. K. y Goldstein N.J. (2004). The Hidden Costs of Organizational Deshonesty. MIT Sloan Management Review. 45 vol 3, 67-73 actividad regulada por el Estado y el medio como preocupación ecológica. Sin embargo, las leyes son el mínimo deseable, ya que la responsabilidad social rebasa los límites de la ley. Vigencia de normas morales frente a la decadencia de la sociedad
Tres fases pueden observarse en la decadencia de la sociedad contemporánea, que resultan
de las desviaciones sistemáticas de las conductas individuales y grupales. La primera,
configura la sociedad transgresora en la cual el incumplimiento de normas mínimas se
convierte en un mal hábito no sancionado (infracciones de tránsito, falsedad en las relaciones
personales, búsqueda de ventajas al margen de lo establecido). La segunda, se encuentra en
la sociedad corrupta, cuando se alteran los medios para obtener resultados económicos para
dominar los resortes del poder y afectar la administración de la justicia. El daño que comienza
en los individuos alcanza así a las instituciones fundamentales que terminan desnaturalizadas y
pervertidas. Se llega entonces, a la tercera fase donde la confusión y el desorden se aúnan a la
indecisión y a la desorientación que configuran una sociedad caótica, en la que no existen
reglas ni usos aceptados y donde los actos ilícitos son de práctica común y el fraude en los
negocios son parte del costo de gestión.
Frente a este esbozo de la decadencia de una sociedad se ha planteado la vigencia de las
normas morales, como fundamento de la convivencia humana, y para el estudio de los actos
humanos, en tanto que sean libres y orientados a su debido fin.
DILEMAS ETICOS EN LAS ORGANIZACIONES

Cada acción o decisión gerencial contiene – implícito o explícito – un problema ético, en tanto y
cuanto los resultados tendrán impactos favorables y desfavorables en los miembros de la
organización o en los grupos relacionados externos y cuyos serán afectados. Los aspectos
humanos de la gestión son los más sensibles, por lo cual es necesario el análisis de las
consecuencias probables, además de los estudios legales, financieros y organizacionales que
son de práctica.
LaRue Tone Hosmer, dicta Estrategia Corporativa en la Escuela de Administración de
Negocios en la Universidad de Michigan (U.S.A) y autor del libro, The ethics of management
propone un análisis sistemático para la resolución de los problemas éticos en la administración
de los recursos humanos.
El análisis comienza en el detenido examen del contenido de la decisión o acción que creará
beneficios definidos y ayudará a determinados grupos o individuos, pero que podrá causar
efectos no deseados, daño y perjuicios a otras personas y grupos.
Este dilema está integrado por cinco elementos: Aspectos Financieros, Normas Legales,
Contexto Organizacional, Entorno Social e Impacto en lo personal. Dichos elementos, que no
tienen respuesta única, muestran la dificultad para tomar una decisión, ya que de por sí los
datos obtenidos no son comparables entre sí y tienen sus propios métodos y medidas para
evaluar sus efectos. Por un lado los datos financieros y legales pueden expresarse en forma
cuantitativa; mientras que las consecuencias en la organización, en el entorno social y el
impacto en lo personal sólo puede considerarse cualitativamente. Es difícil combinar ambos
grupos que tienden más bien a ser conflictivos.
Las acciones que producen consecuencias adversas en los integrantes de la organización o entre los miembros de la sociedad, a menudo producen buenos resultados financieros para los accionistas. Es sabido que las reducciones en la dotación mejoran los ingresos. Esta correlación negativa justifica la necesidad del análisis ético en la gerencia de recursos humanos. Para ello existen dos caminos: Normas morales de conducta y Sistemas éticos de creencias. Las normas morales de conducta fundamentan el modo en que creemos debemos actuar frente a situaciones determinadas. Se consideran subjetivas, imprecisas y variables según las personas. Otros autores sostienen que el carácter personal es una de las claves para los altos niveles éticos en los negocios. Se ha observado una estrecha conexión entre el carácter personal y el sistema de creencias o valores. Cuando se presentan situaciones que configuran un dilema ético, los gerentes y los empleados necesitan un conjunto de directivas que puedan orientarlos en la toma de decisiones. Con ellas podrán identificar y analizar la naturaleza del problema y decidir cual podrá ser el curso de acción que probablemente ofrezca la solución más favorable a las normas morales aceptadas y vigentes en la comunidad de negocios. En general se mencionan tres enfoques: a) utilitario, b) legitimidad o de los derechos, c) justicia.
El utilitario juzga el efecto de las decisiones y conductas sobre otras refiriéndose al análisis
costo – beneficio. Si el beneficio supera los costos, la acción es éticamente aceptable porque
produce el mayor beneficio para el mayor número. Si resulta a la inversa, no se considera ética,
porque es mayor al daño que el beneficio obtenido.
El criterio de legitimidad procura el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales.
Las decisiones han de ser consistentes con las libertades fundamentales y los derechos
establecidos en la legislación.
Un tercer método del razonamiento ético se refiere a que la justicia existe cuando hay una
distribución imparcial y equitativa de costos y beneficios entre individuos y grupos.

CONCLUSION

Toda organización debe tener un programa de ética para ejecutarlo debido a que el mismo aportará al crecimiento del individuo, de la sociedad y de la organización. Si bien la mayoría de las empresas piensan en que sin riqueza no hay futuro, se debe tener en cuenta que sin reglas de juego claras y justas tampoco es posible pensar en un sostenimiento de los vínculos a través del tiempo. Por tal motivo, la ética organizacional debe ser parte de la estrategia de cada compañía y ser incluida dentro de la Misión. Las empresas que la ignoran corren el riesgo de enfrentar responsabilidades corporativas muy graves. Para la implementación del programa se deben tener en cuenta dos puntos muy importantes: el primero, es que no hay un solo sistema de creencias con normas morales de conducta o con métodos de razonamiento ético que pueden guiar completamente a quienes deben tomar resoluciones en casos de dilemas éticos. El segundo, es que no hay medios que nos permitan afirmar que determinada acción es buena o mala, justa o injusta, propia o impropia; en vez de utilizar un sistema único de valores se debe recurrir al más adecuado a cada situación o una combinación de varios. No es simple ni fácil, pero facilitará la posición más honesta y cercana a las convicciones de quien adoptará la decisión. Al momento de tomar decisiones, aparece la vigencia de las virtudes gerenciales: coraje, honestidad y persistencia, que unidas a la prudencia, a la justicia y alineadas al programa de ética, permitirán actuar con una fuerte dosis de pragmatismo en la consideración de los hechos y creencias; con moderación en el actuar, basado en una ética mínima que mantenga vigente los valores fundamentales de las relaciones humanas. El nivel ejecutivo y gerencial deberá tomar el rol de “formadores permanentes” cumpliendo el programa de ética implementado en la compañía- dando el ejemplo - y educando a los niveles inferiores - siendo parte del plan de entrenamiento del programa o en el momento que ellos lo necesiten.
Si cada organización define su programa de ética utilizando un sistema de creencias que
aplique adecuadamente la combinatoria de las variables, con el tiempo, el nivel socio-cultural a
nivel país y a nivel mundial será mas equilibrado ya que hoy en día hay una disparidad muy
grande en virtudes y valores morales. Por tal motivo, las empresas deberán contemplar
especialmente a los países que les dará servicio y evaluar el nivel socio-cultural en el que se
encuentra cada uno. Esto será un aporte muy alto para todas las partes: individuo,
organización, sociedad a nivel país y a nivel mundial.
Desde una perspectiva más amplia, le vigencia a través del tiempo sostiene finalmente que la
ética, la responsabilidad empresaria, el desarrollo de los negocios y la rentabilidad son valores
perfectamente compatibles.
BIBLIOGRAFIA

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Empresaria (4a ed). La ética y los negocios
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Deshonesty. MIT Sloan Management Review. 45 vol 3, 67-73
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Source: http://www.bastaya.biz/mba/Epistemologia/SEM%202/RSE/Briola.Etica%20empresarial.pdf

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